Antonio Díaz García tenía 30 años, era de San Sebastián y estaba casado. Era propietario del bar La Gramola de Rentería.
El 5 de enero de 1981, sobre las 3.00 de la madrugada, Antonio salió del bar y se dirigió a su casa situada en la avenida de Navarra. Abrió la puerta del portal y subió las escaleras, pero fue sorprendido por varios asaltantes que le estaban esperando. La víctima recibió dos disparos en la cabeza que le provocaron la muerte en el acto. A las 6.00 de la madrugada, uno de los vecinos encontró su cuerpo sin vida tendido en el suelo.
ETA militar asumió la autoría del crimen. Sin embargo, los Comandos Autónomos Anticapitalistas se atribuyeron la acción terrorista el mismo día del atentado, un hecho que fue desmentido por ETA, que ofreció datos sobre la identidad del vecino de Oiartzun, al que los etarras robaron el coche empleado en la huida. ETA justificó el asesinato acusando a la víctima de estar relacionada con el tráfico de drogas.