El teniente Domingo Sánchez Muñoz, de Sobradillo (Salamanca) y 48 años, participaba en el operativo que buscaba a los etarras que asesinaron a Andrés Segovia Peralta en Gernika ocho días antes. Entre las cuatro y las cinco de la madrugada del 14 de mayo Domingo y otros guardiaciviles tomaron posiciones en varias carreteras de acceso a la villa. Hacia las 6 llegaron al número 47 de la calle Señorío de Vizcaya y llamaron a la vivienda, en la planta baja. Los propietarios, Ignacio Garay Lejarreta y su mujer, Blanca Saralegui Allende, acudieron mientras dos miembros de ETA intentaban huir por una ventana. Frente a ella estaba Domingo Sánchez. Los etarras abrieron fuego alcanzando en la cabeza y en el pecho al teniente, que fue trasladado a un hospital de Bilbao donde ingresó cadáver. El tiroteo duró casi media hora y en él también resultaron muertos los propietarios de la casa donde se encontró armamento, información sobre movimientos de la Guardia Civil y un plano del itinerario que seguía habitualmente Andrés Segovia. Los dos etarras que habían iniciado los disparos lograron huir, aunque dos horas después uno de ellos, Jesús María Markiegi Aiastui, Motriko, fue localizado en una zona de monte donde se produjo un nuevo enfrentamiento en el que resultó muerto. El segundo intervino en otro tiroteo, pero logró escapar.
Domingo Sánchez tenía cuatro hijos de entre veintiuno y dieciséis años. Su primer destino como guardia civil fue Barcelona, en 1946, donde conoció a su esposa, Raquel Salicio y donde fue enterrado. En 1974 ascendió a oficial y fue destinado a Bilbao adscrito durante los últimos meses al Servicio de Información de la Comandancia de Vizcaya.