Tras tres meses en los que ETA no cometió ningún asesinato, volvió a matar el 17 de octubre de 1981. La víctima fue el cabo primero de la Guardia Civil Santiago González de Paz, tinerfeño de 30 años, casado y con dos hijos y miembro del cuerpo de especialistas fiscales del puerto de Santurce. Tres terroristas le acribillaron en su coche y huyeron en un taxi robado en el que les esperaba otro etarra.