Ramón Ezequiel Martínez, de 33 años, casado y con dos niños, era natural de Ceutí (Murcia). Estaba destinado en Gipuzkoa para reforzar los servicios policiales y tenía previsto regresar a Murcia una semana después de que se produjera el atentado que acabó con su vida.
El 25 de marzo de 1983, una furgoneta de la Policía Nacional con un grupo de agentes regresaba de la prisión provincial de Martutene, en San Sebastián, para dirigirse a Fuenterrabía. Los policías fueron emboscados por varios terroristas que les dispararon desde ambos lados de la carretera cuando llegaban a Oyarzun.
Cinco policías resultaron heridos en el atentado. El cabo primero Ramón Ezequiel Martínez García falleció tras sufrir un paro cardíaco cuando estaba siendo operado para extraerle una esquirla incrustada en su costado izquierdo.
Los miembros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, Francisco Javier Taberna Arruti y Francisco Imaz Martiarena fueron condenados a 26 años, 4 meses y 1 día de prisión mayor por el crimen y a cinco penas de 17 años, 4 meses y 1 día de prisión menor por cada uno de los asesinatos frustrados. Además, debían indemnizar a los herederos del fallecido y a los heridos.