Antonio Conejo, de 41 años, natural del Valle de Santa Ana (Badajoz), estaba casado y tenía dos hijas de 12 y 13 años. Tras haber pasado muchos años destinado en las oficinas de la Comandancia de la Guardia Civil, el 28 de mayo de 1983 era una fecha especial para Antonio porque iba a realizar su primer día de servicio en un destino más cercano a la gente, el edificio central de correos de la capital navarra.
A las 11:30 horas, dos terroristas vestidos de traje entraron en el edificio central de Correos de Pamplona, situado en el paseo de Sarasate. En el interior habría unas 50 personas y tres agentes de la Guardia Civil encargados de la seguridad del edificio: uno en el interior de una garita blindada y los otros dos, en la zona de acceso del público.
Los individuos se dirigieron hacia estos últimos y les dispararon a bocajarro. El cabo primero Antonio Conejo Salguero murió en el acto y su compañero, Fidel Lázaro Aparicio., falleció mientras era trasladado a un centro sanitario. Los testigos del atentado se tiraron al suelo en medio de escenas de pánico. Los Comandos Autónomos Anticapitalistas se responsabilizaron del doble asesinato.
Véase también Fidel Lázaro Aparicio.