A las diez de la noche del 9 de diciembre, el diario Egin recibió una llamada de ETA en la que informaban del asesinato de Pablo Garraza García. Le encontraron muerto, tumbado boca abajo con un disparo, en un pequeño bosque junto a la carretera de Zamalbide en dirección al barrio de Txikierdi. Al día siguiente, ETA confirmó que lo secuestraron, lo sometieron a un interrogatorio y, finalmente, lo asesinaron.
Pablo Garraza, de 59 años y casado, era natural de Ayo (Navarra). El mismo día que murió Pablo se produjeron otros dos atentados fallidos.