Ángel Rodríguez Sánchez, de 42 años, era natural de Villafranca de Barros (Badajoz), aunque residía en Irún desde hacía 13 años. Estaba casado y tenía tres hijos. El 3 de mayo de 1984, dos miembros del comando Otxobi de ETA lo asesinaron.
Era propietario de un taller mecánico y de una grúa. A las 10:30 horas, una persona le llamó, identificándose como un comercial que había tenido una avería en su coche y que necesitaba sus servicios en Ventas de Irún. Cuando Ángel llegó se encontró un coche estacionado en el arcén y dos etarras que le obligaron a desplazarse a una zona menos transitada.
Su esposa, al ver que no regresaba, alertó de su desaparición a la Policía Municipal. Al final localizaron el Land Rover de Ángel y a él muerto en su interior.
Los etarras Francisco Barrenechea Varela e Ignacio Mediburu Iturain fueron condenados a 27 años de reclusión por el crimen, entre otras condenas, y se vieron obligados a abonar solidariamente a su viuda una indemnización económica.