María Dolores González Catarain, Yoyes, de 32 años y natural de Villafranca de Ordicia, huyó a Francia en 1973. Había sido dirigente de ETA. La banda armada la consideró traidora y chivata y planificó su asesinato. El 10 de septiembre de 1986 le mataron a tiros.
María Dolores decidió desvincularse de ETA tras el asesinato de Argala, en 1978. Marchó a México para estudiar Sociología en la universidad, trabajó y tuvo un hijo. Un año antes de su asesinato, regresó al País Vasco con su marido y su hijo, de 3 años. Informó a ETA de sus propósitos y se acogió a la Amnistía de 1977.
Aquel 10 de septiembre, María Dolores paseaba por una plaza de Ordicia junto a su hijo. El etarra José Antonio López Ruiz, Kubati, le disparó en el muslo y el tórax y la remató con un disparo en la cabeza.
Tras su muerte, la Guardia Civil descubrió una carta en su domicilio, fechada en París el 8 de octubre de 1985, en la que responsabilizaba de su muerte a ETA.
Fueron condenados José Antonio López Ruiz como presunto autor del atentado a 29 años de reclusión mayor y a siete años de prisión y José Miguel Latasa Guetaria a 27 años, 8 meses y 1 día de reclusión mayor. Además, debían indemnizar económicamente de forma solidaria a los herederos de María Dolores.