La portada del Diario de Navarra del 10 de junio llevaba dos noticias. Una, la aprobación del Proyecto de Ley del Derecho de Asociación, que abría el horizonte a la legalización de los partidos políticos. Otra, la del asesinato del abogado Luis Carlos Albo, tiroteado a las 16:10 horas, cuando se dirigía al instituto de Basauri donde impartía clases de Formación Política. Tres terroristas le esperaban en un coche robado poco antes en Bilbao. Al verle llegar, se bajaron y le dispararon a bocajarro varias veces. El abogado recibió seis impactos de bala, la mayoría de ellos en la cabeza, que le causaron la muerte instantáneamente. Los etarras huyeron en el automóvil en dirección a Bilbao.
Luis Carlos era hijo de Fausto Albo, un militar que fue alcalde de Barakaldo durante diecinueve años. También era jefe local del Movimiento Nacional, el partido único del régimen de Franco. Tenía 56 años y había nacido en Arnuero (Cantabria). Estaba casado y tenía seis hijos de entre 11 y 25 años. Abogado, tenía el despacho en Basauri. Con él trabajaba su hija como secretaria. “Creía que algo le podía pasar”, declaró la joven al diario El País un día después del crimen. Aun así no tomaba precauciones y, aunque tenía permiso de arma corta, nunca iba armado. En el funeral, su hijo mayor rogó que no se lanzaran voces de odio ni rencor: “Creo que así interpreto fielmente el pensamiento de mi padre”, dijo