Manuel Pérez Ortega, funcionario de prisiones sevillano de 39 años y soltero, murió por la explosión de un paquete-bomba enviado a Javier Romero Pastor, director de la prisión de Sevilla-1, el 28 de junio de 1991. Los funcionarios de la cárcel sospecharon del contenido del paquete porque pesaba mucho y en el escáner aparecía opáco. Explotó antes de que pudiesen llegar a examinarlo los artificieros de los Tedax. La explosión mató al funcionario Manuel Pérez Ortega, los reclusos Donato Calzado García y Jesús Sánchez Lozano, y Raimundo Pérez Crespo, que visitaba a un familiar interno. Además, una treintena de personas resultaron heridas.
Tras el atentado, los presos comunes trataron de linchar a los terroristas y las autoridades se vieron obligadas a trasladar a los seis etarras internos, así como a dos miembros de los GRAPO, a otros centros penitenciarios para evitar que sufrieran represalias.
Véase también Donato Calzado García, Jesús Sánchez Lozano y Raimundo Pérez Crespo .