Juan José Carrasco, de 26 años, era hijo de Félix Manuel Carrasco Pérez-Machado, coronel del Ejército de Tierra en situación de reserva. Había terminado la carrera de Ciencias Económicas.
El 23 de marzo de 1992, los etarras buscaron el coche de su padre, aparcado sobre el puente de Segovia, forzaron una puerta y pusieron una bomba debajo del asiento del conductor. Juan José cogió el automóvil para ir a su trabajo en Prisma Soft S.A. La bomba explotó al arrancar el vehículo.
Su funeral se ofició en la capilla del hospital militar Gómez Ulla. Fue incinerado en el crematorio del cementerio de La Almudena y depositado en el camposanto de San Isidro.
Ignacio Echevarría Martín, alias Mortadelo, fue condenado a 30 años de reclusión mayor, así como a indemnizar a sus herederos.