Cuatro miembros del comando Barcelona de ETA se propusieron destruir parte del edificio de la sede del Gobierno Militar de Barcelona y causar el mayor número de daños personales posible.
Los etarras robaron un coche el día anterior y colocaron cuatro tubos lanzagranadas sobre su baca y una bomba en el maletero. La mañana del atentado fueron al puerto de Barcelona y allí aparcaron el vehículo con los tubos orientados hacia el edificio oficial y activaron un temporizador.
El 18 de abril de 1994, sobre las 13:20 horas, dos granadas impactaron contra la fachada de la sede del Gobierno Militar y una tercera contra una señal de tráfico. La cuarta no se activó. La metralla mató a un transeúnte y otras 6 personas resultaron heridas.
Los terroristas pretendían causar más daños. El coche utilizado para el atentado estalló en el momento en el que agentes de los Tedax se disponían a inspeccionarlo. La explosión no causó más víctimas.
Vicente Beti, de 43 años, era natural de Barcelona, estaba casado y tenía dos hijos. Trabajaba en una empresa consignataria de buques en el puerto de Barcelona.
Tres días después del atentado, unos quinientos estudiantes del instituto de bachillerato Infanta Isabel de Aragón de Barcelona, donde estudiaban los dos hijos de Beti, se manifestaron contra la acción terrorista.
Fueron condenados los etarras Felipe San Epifanio San Pedro y Rosario Ezquerra Pérez de Nanclares, como autores del atentado, y Gregorio Vicario Setién por su participación en el atentado, a penas de 154 años de reclusión. Además, debían indemnizar económicamente a los herederos de Beti y a los heridos por el atentado.