Silvia Martínez Santiago, hija de un guardia civil de 6 años, murió el 4 de agosto de 2002 en una parada de autobús junto al ex empleado de Telefónica jubilado, Cecilio Gallego Alaminos. La explosión de un coche-bomba colocado por ETA en la calle Azorín de Santa Pola, frente al acuartelamiento de la Guardia Civil, terminó con su vida. Además, otras 34 personas resultaron heridas.
Silvia era la única hija del matrimonio José Joaquín Martínez y Toñi Santiago, que posteriormente tuvieron más descendencia. Al día siguiente del atentado, más de 5.000 personas acudieron a despedirse de las dos víctimas en la iglesia de la Asunción de Santa Pola y mostraron así su rechazo al terrorismo. El 6 de agosto, unos 20.000 ciudadanos se manifestaron en la localidad bajo el lema “Por la libertad y contra el terrorismo”.
Véase también Cecilio Gallego Alaminos.