España en la Eurocopa III: De la ausencia en el año de las Olimpiadas a la era Clemente
- España no se clasificó para Suecia'92
- Clemente fue fichado en ese año para reflotar a la selección
Suecia 1992: El desastre
España no logró clasificarse para la fase final de Suecia, paradójicamente en el mismo año en que la selección olímpica logró la medalla de oro en los Juegos de Barcelona. A la postre ganaría Dinamarca aquella Eurocopa, tras ocupar la plaza de Yugoslavia, excluida por la guerra en los Balcanes.
La selección española comenzó la fase de clasificación con Luis Suárez en el banquillo, muy cuestionado tras el fracaso en el Mundial de Italia. Los malos resultados en Checoslovaquia y Francia provocaron la destitución de Suárez, relevado por Vicente Miera. Éste no logró remontar el rumbo de la selección, que certificó su eliminación perdiendo en Islandia y acabando con la imbatibilidad histórica de Sevilla contra Francia.
Inglaterra 1996: A casa en el mejor partido
En 1992 la Federación fichó a Javier Clemente como revulsivo y vaya si se notó el cambio. España logró solidez en los resultados, pero el estilo defensivo del técnico de Barakaldo despertaba algunos recelos. Además, la peculiar personalidad de Clemente le enemistó con varios medios de comunicación.
En la fase de clasificación Dinamarca, Bélgica, Chipre, Macedonia y Armenia no supusieron problema alguno para España. La selección que dirigía Clemente, fiel a su estilo, demostró regularidad sin enamorar con su juego. Desde la eliminación ante Italia en el Mundial de Estados Unidos, nadie había vuelto a ganar a la roja, y así se llegó a la fase final de la Eurocopa en Inglaterra.
La selección empezó aumentando las dudas -a la vez que aumentaba la hostilidad hacia Clemente- con sendos empates 'in extremis' ante la Bulgaria de Hristo Stoichkov y la Francia de un emergente Zidane. Ante Rumanía se necesitaba la victoria para pasar a cuartos.
El encuentro comenzó de manera esperanzadora y Manjarín puso por delante a España a los 11 minutos. Sin embargo, Raducioiu empató a la media hora de partido y trajo de nuevo el miedo. Para empeorar las cosas, Rumanía salió en la segunda parte a encerrar a los españoles y Clemente tuvo que arriesgar con los cambios. Introdujo a Guerrero, Alfonso y Amor, en lugar de Pizzi, Amavisca y Abelardo. Fue Amor el que puso el alivio y nos dio la clasificación en el minuto 84. En el túnel de vestuarios, Clemente descargó la rabia acumulada contra un periodista de la cadena Ser.
En cuartos nos esperaba un mal cruce. Nada menos que la anfitriona Inglaterra y en el mítico estadio de Wembley. La prensa sensacionalista inglesa se encargó, además, de calentar el partido con algunos artículos que rozaban, incluso, la xenofobia. Otra vez el refrán: jugamos como nunca, perdemos como siempre. Sólo que esta vez no se perdió.
Los de Clemente jugaron mejor que Inglaterra y tuvieron más ocasiones. Como una de Manjarín, que se quedó solo ante Seaman tras una salida alocada del guardameta inglés. A esto se añadió la actuación del árbitro -otro lugar común al que se acude en los fracasos de la selección-, que anuló un gol por fuera de juego inexistente de Julio Salinas y no vio dos penaltis en área inglesa. Con empate a cero en el marcador se llegó a la lotería de los once metros, donde Inglaterra tuvo mayor acierto. Otra vez a casa en el mejor partido.
Los anfitriones, sin embargo, no llegaron a la final, puesto que cayeron en semifinales ante Alemania. Éstos se vengaron de Checoslovaquia (Eurocopa de 1976) en el último partido, con un gol en la prórroga de Oliver Bierhoff.