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La contaminación atosiga a Pekín ante los Juegos

  • El Gobierno recomienda no salir de casa por la polución a 73 días de la cita olímpica
  • Pekín restringirá la producción de fábricas contaminantes y el tráfico rodado
  • La polución del aire unida al calor veraniego comprometen el rendimiento deportivo

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Con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, Pekín registra este martes unos niveles de polución en el aire intolerables, lo suficientemente dañinos para que se haya recomendado no salir a la calle a las personas con problemas respiratorios.

"Los individuos sensibles deberían evitar salir", ha aconsejado en su página web el Buró de Protección Ambiental de Pekín, que anunció que el nivel de polución está en su nivel más alto, el cinco.

Según las autoridades, la causa de la pobre calidad del aire es en esta ocasión una fuerte tormenta de arena, fenómeno que normalmente sacude la capital china a principios de primavera, procedente de Mongolia.

Pekín es una de las ciudades más contaminadas del planeta a pesar de los esfuerzos millonarios que ha realizado para mejorar su ambiente de cara a los Juegos del próximo mes de agosto.

Los 16.000 millones de dólares invertidos en la última década para atajar la galopante polución de la ciudad no han rendido como se esperaban, a juzgar por el informe sobre la calidad del aire de Pekín que presentó a finales del año pasado el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Polución, calor y humedad, amenaza para los Juegos

El Comité Olímpico Internacional ha mostrado repetidamente su preocupación por una circunstancia que podría enturbiar el éxito de los Juegos, aunque también ha mostrado repetidamente su confianza en las promesas de la organización, que garantizan unos Juegos sin polución.

Para ello, Pekín interrumpirá la producción de sus fábricas más contaminantes, inmovilizará todos los días a la mitad de su creciente parque móvil de 3,5 millones de automóviles y fomentará el uso del transporte público, entre otras medidas.

La autoridades de la capital china recurren habitualmente a su particular cuenta de "días azules", que dicen ha pasado de los 100 que se registraron en 1998 a los 245 de 2007, para defenderse de los ataques de quienes dudan de que la calidad del aire de Pekín sea la idónea para la práctica deportiva de alto nivel.

Los atletas que compitan en Pekín no sólo deberán lidiar con la contaminación, si finalmente la ciudad no es capaz de controlarla, sino también con las altas temperaturas y la elevada humedad que acostumbra a registrarse aquí en las fechas en las que está programada la cita olímpica.