Nadal tendrá que superar a Federer para lograr su cuarto Roland Garros
- El tercer y definitivo set se decidió en la muerte súbita
- Rafa llega a la final sin ceder un solo set
- Le espera, por tercer vez consecutiva, el número uno, Federer
Inapelable. Es la palabra que mejor define la trayectoria de Rafa Nadal en el Roland Garros de 2008. No ha cedido ni un solo set en lo que va de torneo y su última víctima ha sido, nada más y nada menos, que el número 3 del mundo, el serbio Novak Djokovic.
Con una autoridad incontestable, salvando una bola de set en el tercer parcial, siendo aplaudido por el mismo Djokovic, y en dos horas y 49 minutos, Nadal anotó su octava victoria en 11 encuentros ante el serbio, y la tercera en este torneo (2006 en cuartos y 2007 en semifinales). Ahora luchará por tercera vez consecutiva en la final, contra el número uno del mundo, el suizo Roger Federer, que se deshizo del francés Gael Monfils en la otra semifinal.
Diez años después de que Carlos Moyá ganara a Alex Corretja y triunfara en este torneo, en un duelo fratricida entre españoles, Nadal está otra vez en ella convertido en el primer jugador, desde el checo Ivan Lendl, en 1987, que alcanza la última instancia de Roland Garros por cuarto año consecutivo.
El sueco Bjorn Borg, ganador en seis ocasiones en París, llegó a la última ronda tres veces sin ceder un set (1978, 1980, y 1981), y presenció el partido en las gradas junto con su amigo el argentino Guillermo Vilas. Al ganar en tres mangas, Nadal se convirtió también en su sucesor en este aspecto.
El "Cordobés", en la grada
El encuentro, al que asistió entre otros el ex matador Manuel Benítez, "El Cordobés", y su mujer, Martina Fraysse, fue dominado por Nadal perfectamente, de forma autoritaria, casi demoledora en los dos primeros sets. La única reacción de Djkovic se atisbó casi a las dos horas del encuentro, cuando perdía por 3-0 en el tercer set.
"Yo estaba jugando perfecto, de largo los dos mejores sets de este torneo", dijo Nadal. Entonces se dieron dos circunstancias, un par de "cañas" (golpes con el marco) de Rafael, y que Novak soltó el brazo, consciente de que le iba la vida en ello.
Con el serbio jugándoselo todo en cada golpe, espoleado por los gestos de su hermano pequeño Marko en la grada, el partido cobró interés, pero aún así Nadal sirvió para ganar el duelo, con 5-4, y ahí de nuevo se ganó en intensidad, porque Novak lo robó por primera vez cuando el español se encontraba a solo dos puntos de la victoria.
Con 6-5 en contra, Nadal sirvió para forzar el desempate, y Djokovic dispuso de un punto de set, que Nadal anuló con una formidable derecha. Y ahí se acabaron las esperanzas del de Belgrado que tras su partido contra el español hace unas semanas en Hamburgo, en las semifinales también, había dicho que había hecho ya todo lo imposible para vencer, y perdió en tres sets.
Llegado el desempate, la ventaja abismal del español con 6-0 fue demasiado para el serbio, que aunque logró ganar tres puntos seguidos, con golpes ganadores, no pudo en el cuarto con un remate espectacular de Nadal.