Enlaces accesibilidad

Un trallazo de Ballack mete a Alemania en cuartos

  • Los alemanes se enfrentarán contra los Portugueses en cuartos
  • Austria se mantuvo mansa durante todo el encuentro, sin crear verdadero peligro
  • Podolski fue la referencia ofensiva de los de Joachim Low
  • Mejuto se convierte en protagonista al expulsar a los entrenadores de ambas selecciones

Por
El centrocampista de Alemania, Michael Ballack, autor de un magnífico gol de falta ante Austria.
El centrocampista de Alemania, Michael Ballack, autor de un magnífico gol de falta ante Austria.

Cuando un jugador lanza un "pepinazo" con todas sus fuerzas desde la frontal del área pueden pasar dos cosas, que el esférico se marche por alto directamente al graderío, o que se cuele por la portería sin que el portero pueda hacer nada. Por suerte para Alemania, la falta que lanzo Ballack en el minuto 47 estuvo en el segundo supuesto. El centrocampista reventó la pelota con una potencia descomunal que hizo que la palomita del guardameta Payer quedara en un patético intento de interceptar un lanzamiento perfecto.

El mito de Córdoba, el recuerdo de la victoria lograda hace 30 años en Argentina contra los alemanes, aún pervivirá en la memoria austríaca, porque su realidad le impide renovarlo. Y eso que, alentada por ese supuesto "espíritu", Austria pudo reducir en el primer tiempo la distancia que le separa de Alemania, A ello también contribuyó que, aún bajo el síndrome croata, el equipo de Joachim Löw también se encargase de rebajar su nivel para equipararse a su rival.

De esta forma, pasaron los tres primeros cuartos de hora entre pelotazos, faltas técnicas y escaso juego. La selección austríaca, reforzada por el impulso de la grada, fue sobre todo voluntariosa, pero tropieza con unas limitaciones técnicas que le alejan de la elite en las grandes citas. Alemania tuvo, sobre todo, dudas. La derrota contra Croacia hizo mucho daño y ni la terapia de grupo a la que se sometió el equipo tras ese revés le ha sacado del embrollo.

Al contrario, con Michael Ballack rodeado en todo momento de contrarios, no hubo quien asumiera la dirección y copió el juego del rival. Mucho balón largo y poca precisión. Pudo, sin embargo, resolver el encuentro a los 3 minutos en una buena internada de Mirolav Klose que desperdició Mario Gómez. Solo dentro del área pequeña y a puerta vacía, el atacante del Stuttgart dio el balón mordido y lo pudo sacar con la coronilla Gyorgy Garics, bajo palos.

Ahí, se acabó el arsenal alemán, en la primera mitad, ya que no volvió a asustar a Jürgen Macho más que con un disparo de Lukas Podolski (m.23), quien terminó desquiciado con las faltas tácticas austríacas en el centro del campo. Austria no mostró mucho más, porque tampoco tiene mucho más que arrojo, lo que le sirve para forzar algunos saques de esquina que son saludados desde la grada como si de penaltis se tratasen.

Mejuto envía a los dos entrenadores a la calle

Una caída de Erwin Hoffer ante Christoph Metzelder, un disparo lejano de Rene Aufhauser y otro remate de cabeza forzado de Christian Fuchs fueron todo su argumento para alterar el pulso de la afición local. Sin mucho ritmo, con muchas faltas y menos ocasiones, fue el español Manuel Mejuto González el que decidió animar la fiesta y expulsó a ambos técnicos antes del descanso, después de que estos se enzarzasen en una discusión con el cuarto árbitro de por medio.

Y sin entrenadores en el banquillo, la favorecida fue Alemania y, sobre todo, Ballack, que solventó la disputa al comienzo del segundo tiempo, con un gran golpe franco desde 20 metros que envió a la escuadra de Macho. Ahí se acabó el morbo y gran parte de la emoción, porque con el marcador a favor la selección germana ya no se iba a dejar sorprender, ni Austria estaba en condiciones de ponerle en demasiados aprietos.

Los anfitriones no lograron más que seguir sumando saques de esquina, en busca de una acción afortunada que no llegó, porque ni Viena es Córdoba, ni Hoffer Hansi Krankl, pero Alemania casi siempre es Alemania.