Los Lakers llegan a Boston para forzar el séptimo partido
Los Lakers quieren remontar un 3-1, algo in
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La ciudad de Boston recibió con una fuerte tormenta y un tremendo aguacero a los Lakers de Los Ángeles, que llegaron a la capital de Massachusetts con la intención de levantar el 3-1 en contra que tenían tras el cuarto partido, algo inédito en la historia de las Finales de la NBA.
Muchos pronosticaron que los Celtics se alzarían el domingo con su decimoséptimo anillo en el Staples Center angelino, y lo cierto es que a punto estuvieron de lograrlo, pero la serie, con 3-2 para Boston, finalmente deparará un sexto encuentro, en el TD Banknorth Garden. Si los Lakers logran llevarse el gato al agua, forzarán un séptimo y decisivo duelo, que se disputará en ese mismo escenario el próximo jueves.
Pau Gasol, a dos victorias de erigirse en el primer español en lograr un anillo de campeón de la NBA, era el foco de atención de la portada del rotativo Los Ángeles Times, bajo el titular: "No se atrevan a descartar a los Lakers". Dentro de las páginas del periódico se podía encontrar un análisis del ex jugador de Celtics y Lakers Rick Fox, en el que apuntaba al catalán como la clave para que los californianos lleven la serie a un séptimo partido.
"Hay tres cosas que deben hacer los Lakers para ganar el sexto partido: que Pau sea el MVP (mejor jugador), como lo fue en el quinto; que Pau reciba balones en la pintura y encare a (Kevin) Garnett y que Pau imponga su presencia en defensa y en el rebote", señaló Fox. El equipo de Phil Jackson aspira a convertirse en el primero que logra vencer en los últimos dos encuentros de una Serie Final desde que se impuso el formato 2-3-2, en 1985.
Los Lakers deben aprovechar las ventajas.
Los Lakers desperdiciaron una ventaja de 24 puntos en el cuarto encuentro y dejaron escapar finalmente una victoria que parecía hecha. En el quinto, 72 horas más tarde, los Celtics remontaron 19 puntos de desventaja pero finalmente cayeron.
"Somos lo suficientemente jóvenes y tontos para permitir que suceda", admitió Jackson el domingo. "Jugamos mucho más fuertes y consistentes que los Celtics, creo que esa fue la gran clave". Justo al terminar aquel partido, que ponía el 3-2 en la eliminatoria, Lawrence Tanter, "la voz" del Staples Center, arengaba al público: "¡Esto no se ha acabado!". El videomarcador también lo dejaba claro: "Not in our house! (¡No en nuestra casa!).
Doc Rivers, el entrenador de los verdes, hubiera preferido rematar la Final en Los Ángeles y celebrar la victoria en el Día del Padre en Estados Unidos: "Queríamos volver a casa, pero no queríamos jugar". "Ahora tenemos que jugar allí, nos ganamos ese derecho", dijo en alusión a su registro en temporada regular, el mejor de la NBA en esta temporada. "Luchamos por ello todo el año. Tenemos el sexto encuentro en casa y ése no es un mal lugar en el que estar", aseguró.
El pívot Kendrick Perkins, que se perdió el anterior envite por lesión en un hombro, es duda para mañana, pero se espera la participación de Ray Allen, que tuvo que abandonar el Staples Center a toda prisa por un problema de salud de uno de sus hijos, informó un portavoz del equipo. Ambos equipos no han entrenado, velan armas y descansan. Para los Lakers, el sexto partido, como lo fue el quinto, será a vida o muerte. Los Celtics aún tienen otra oportunidad en caso de fallar, pero ya lo avisó Gasol: "Si ganamos el sexto, la presión que van a tener será enorme".