Una nueva Rusia exprime la naranja mecánica
- Los de Hiddink vencen por 3 a 1 en la prórroga a la selección Holandesa
- Holanda, tercera líder de grupo que cae eliminada en la Eurocopa
- Arshavin se destapa como el jugador del campeonato, tras un partido inconmensurable
Rusia es un país vasto y abigarrado con más de 140 millones de habitantes. Holanda una pequeña nación llena de canales que no pasa de 17 millones de personas. A priori, la grandiosidad de los rusos debería apabullar la nimiosidad neerlandesa. Sin embargo, el fútbol no entiende de demografía y, hasta el partido de cuartos, Holanda había demostrado ser la mejor selección de la Eurocopa tras haber salido invicta del grupo de la muerte.
Los de Van Basten habían metido cuatro goles a Francia, tres a Italia y dos a Rumania. Enfrente tenían a Rusia, una de las seleciones más débiles de la Eurocopa que había perdido ante España por 1-4 y, pese a vencer sus otros dos encuentros de grupo, que había mostrado una de las defensas más cándidas del torneo.
Pero el fútbol tampoco entiende de números ni de cálculos aritméticos. En este deporte 1+1 no son dos y Rusia salió al campo dispuesta a hacer añicos la condición de favorita de Holanda. Los de Hiddink, que en todo momento supo como maniatar a sus compatriotas, llevaron la batuta del partido y tuvieron a Holanda contra las cuerdas.
Desde el primer momento, los rusos se rebelearon a su rol de dominados y salieron al campo dispuestos a trasladar su hegemonía geopolítica en el viejo continente al tablero del torneo europeo. Un desequilibrante e inconmensurable Arshavin y un omnímodo Pavlyuchenko tomaron las riendas del partido. El delantero del Zenit no paró de crear ocasiones y buscar huecos para provocar peligro.
Los holandeses, apocados por momento, se redujeron durante la primera parte al peligro creado por los centros en juego y a balón parado que colgaba Rafael Van der Var y que traían locos a la defensa rusa. Sneijder y el resto de los arietes holandeses estaban desaparecidos. El mejor del equipo era el portero, Van der Sar, que se tuvo que lucir para detener los obuses de Kolodin y las diabluras de los delanteros rusos.
Ambos equipos se fueron al descanso con numerosos tiros a puerta pero con sus marcadores a cero. En la reanudación, Holanda seguía creando peligro mediante balones por alto, pero Rusia manejaba el partido como le interesaba.
Sólo era cuestión de tiempo y el gol acabaría llegando. Así fue, en el minuto 56 una jugada iniciada por Arshavin y continuada por un centro al área de Semak acababa con el gol de Pavlyuchenko, que situaba a los rusos a las puertas de las semifinales.
Los rusos jugaban a placer y habían sabido maniatar a los holandeses, bloqueando las ofensivas neerlandesas. Pero, pese a las dificultades en la creación de jugadas, Holanda no estaba dispuesta a acabar un partido sin haber estrenado su marcador. Su hombre gol, Ruud Van Nistelroy, devolvió la ilusión a los miles de seguidores holandeses que dominaban las gradas del Saint Jakob's y veían estupefactos cómo su equipo se despedía del torneo.
Una prórroga en la que Rusia aniquila a la naranja mecánica
Los noventa minutos reglamentarios acabaron en prórrorroga ( y ya van dos en lo que llevamos de Eurocopa). Llegaba la hora de la verdad y en el tiempo extra los de Hiddink fueron otra vez mejores, sobre todo Arshavin. El delantero fabricó el segndo gol tras irse por velocidad y buscar la línea de fondo de la banda izquierda para colgar un balón al segundo palo que superó al gigante Van der Sar y que remató a la perfección Torbinski.
El tercer gol fue de Arshavin, el héroe del partido que hizo enmudecer a la inchada holandesa con una nueva jugada magistral. Holanda, la que mejor sensación había dejado por el momento, se marcha a casa y Hiddink -un holandés- mete a Rusia por primera vez en su historia en las semifinales de una Eurocopa. Una nueva Rusia, muy diferente de la que se encontró España en su inicio de torneo, espera rival en semifinales.