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Hiddink vuelve a cruzarse en el camino

  • El técnico holandés hace de los equipos que dirige serios candidatos al triunfo
  • Tras su progresión y victoria en cuartos, la selección rusa se ha convertido en un rival temible

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Caprichos de la organización de la Eurocopa, España volverá a cruzarse con Rusia, que ya fue su rival en la fase de grupos, y a la que venció por 4-1 en un gran debut de la selección de Luis Aragonés. Enfrente, de nuevo, Guus Hiddink (1946), el mejor 'mercenario' de los banquillos internacionales, un experto en crear combinados sólidos, que el jueves reivindicará su segunda oportunidad para dejar a la 'Roja' en la cuneta. Como ya hizo en el Mundial de Corea y Japón de 2002, como ha hecho con Holanda en cuartos de final.

La prensa alude al tópico del "Holandés Errante", el barco fantasma que no puede volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos, para referirse a este técnico que ha dirigido con éxito a Corea del Sur, Australia y Rusia en su carrera, amén del propio equipo nacional de los Países Bajos, y que se ha ganado el crédito y el reconocimiento en todos los casos. Pero más que un epíteto, Hiddink se está construyendo un mito de matagigantes y un sinónimo de garantía como seleccionador.

Tras su papel con el equipo anfitrión del Mundial de 2002, Corea del Sur le nombró hijo predilecto, además de que las líneas aéreas del país le garantizaron billetes gratis de por vida. Ahora, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, medio en broma medio en serio, le ofrece la ciudadanía rusa. Su trayectoria como seleccionador desde 1994 con Holanda, Corea, Australia y Rusia habla por sí sola.

Logros con Holanda, Corea y Australia

Hiddink llevó a su selección en el Mundial de Francia de 1998 hasta cuartos de final, donde cayó de forma amarga ante Brasil en semifinales en la tanda de penaltis, lo que llevó a su dimisión y su retorno a España, al Real Madrid, en sustitución de Jupp Heynckes.

Aunque ganara la Copa Intercontinental con el Real Madrid, su peregrinar por el club blanco primero y por el Betis después no le dejó un gran sabor de boca, así que optó por volver a la dirección de selecciones nacionales, aceptando la irresistible oferta de uno de los anfitriones del Mundial de 2002, Corea del Sur.

En aquel fatídico 22 de junio de 2002 -por fin se rompió la maldición de esa fecha con Italia-, la Corea entrenada por Hiddink, aliada con el nefasto arbitraje del egipcio Al-Gandur, apeó a España en cuartos de final del Mundial en los penaltis (5-3) -lo había hecho antes con Italia en cuartos-, aunque después caería con Alemania en la semifinal.

En el Mundial de Alemania de 2006 llevó a una inesperada Australia hasta octavos de final, donde sólo un gol de Totti en el descuento y de penalti dudoso pitado por el español Luis Medina Cantalejo eliminó a los 'aussies'.

Con fama de amante de la buena vida, lo que es innegable es la capacidad de este holandés de Varsseveld para armar selecciones, con la dificultad que conlleva aplicar métodos de trabajo en equipos en los que el trabajo del día a día no existe.

Una Rusia fuerte, que no es sólo Arshavin y otros diez

El que fuera técnico del Valencia, Real Madrid y Real Betis en España o del Fenerbahçe en Turquía ha vuelto a atraer la atención del planeta fútbol con Rusia, un equipo joven, con un gran bloque y un puñado de futbolistas de calidad claramente al alza, que han dejado una gran impresión a medida que avanza el torneo.

No le han dolido prendas a Hiddink al eliminar a su propio país en cuartos de final, y ahora espera hacer lo propio con España. Rusia llega al partido con el equipo a tope de revoluciones y la moral por las nubes, y, sobre todo, con su estrella, Arshavin, causando tanta sensación como pánico en las defensas rivales. Su aparición tras su ausencia por sanción en el primer partido, hará olvidar las bajas de Torbinski y el central Kolodin por sanción.

Sobre todo, como subrayan tanto Luis Aragonés como los jugadores de España, la referencia del 4-1 del partido anterior ya no es válida. De hecho, ese encuentro fue una muestra del daño que puede hacer con su fútbol de contraataque y jugadores como Pavlyuchenko, y no hay que olvidar que Rusia pudo empatar con un tiro al palo de Zyrianov e incluso adelantarse en la primera parte.

El peligro para España viene del Este. Es la Rusia de Hiddink, el trotamundos, el hombre que ya no recuerda completa la letra del himno de Holanda, el hombre que consigue que sus equipos pasen de 'víctimas' a verdugos. Desnudado ya de su piel de cordero, aspira de nuevo a ser el 'ogro' que arruine el cuento de hadas de la selección española.