La NASA convierte a Phelps en "un cohete"
- La agencia espacial ha desarrollado un 'traje espacial' para nadadores
- Usa el material que menos resistencia presenta al contacto con el agua
- Nadadores con este traje han batido desde febrero 40 récords mundiales
Cuando ganó seis medallas de oro en Atenas, Michael Phelps pasó a la historia de la natación. Convertido en una máquina de batir récords en la piscina, el nadador estadounidense llegó con apenas 19 años al olimpo de su disciplina, igualado con Mark Spitz y enfrentado a él mismo y sus limitaciones.
Por este motivo, ante la ausencia de rival, Phelps decidió aprovechar al máximo sus cualidades en su próxima cita con la historia: los Juegos Olímpicos de Pekín. El resultado es un traje de baño desarrollado por Speedo con tecnología de la SpeedoNASAcon el que Phelps se siente "como un misil" en la piscina.
Y no es el único. Desde que se lanzó en el pasado mes de febrero, 40 de los 44 récords del mundo que se han batido lo han hecho nadadores vestidos con este traje, llamado Speedo LZR Racer.
El secreto de este traje de hombre-pez está en el laboratorio de la NASA en Langley, donde durante años se lleva investigando en resistencia y aerodinámica en túnel de viento para lograr que las naves gasten menos combustible en su vuelo, según informa la agencia espacial norteamericana.
"Evaluamos el efecto de la rugosidad de la superficie en unos 60 materiales en nuestros pequeños túneles de viento de baja velocidad", ha detallado el investigador de la NASA, Steve Wilkinson, 'padre' del traje aunque no tiene ni idea de natación.
Tejido liso
Los resultados de estas pruebas han sido claros: mientras más liso es el tejido, más baja es la resistencia. Este dato ha sido básico para elaborar el nuevo traje de Phelps, ya que se calcula que la resitencia y la fricción de la piel sobre el agua es casi un tercio de la fuerza contraria a la que tiene que hacer frente un nadador.
Para dar con el material más adecuado se han usado estos túneles porque siguen las mismas leyes físicas del movimiento. Aún así, las pruebas suponían varios retos.
"Ésta es la primera vez que he probado un tejido y eso implicaba varios retos, como la forma de colocar el tejido en el plato y preparar los bordes para que nada pudiese interferir con el flujo de aire sobre el tejido", ha relatado Wilkinson.
Los materiales que probaba le llegaban en tubos, que desplegaba sobre un plato fino y liso de alumnio y luego tapaba los bordes. Entonces el científico activaba el viento a diferentes velocidades y, con la ayuda de sensores, medía la resistencia de su superficie.
Cuando localizó el material menos resistente, le pasó los datos a Speedo, que ha desarrollado su traje con vista a la Olimpiadas. "Cuando las vea estaré preguntándome si el nadador llevaba el tejido que probé en el túnel de viento", ha confesado Wilkinson que, casi por primera vez, prestará atención a lo que suceda en la piscina olímpica.