El Tour de Francia 2008 se disputará en un recorrido diseñado para escaladores
- El nuevo recorrido pretende aportar más espectacularidad
- Los kilómetros de alta montaña prevalecen sobre los de contrareloj
- En los Alpes alcanzarán la cima más alta frecuentada por una carrera
El recorrido del Tour de Francia 2008 presentará algunas novedades destinadas fundamentalmente a favorecer la emoción y el espectáculo desde su inicio, y, en principio, más cercano a los escaladores, que no tendrán demasiados kilómetros de contrarreloj.
Los organizadores han eliminado el prólogo, han situado la primera de las dos 'cronos' el cuarto día, y en la primera semana han colocado el paso por el Macizo Central, con el objetivo de que haya pelea desde la misma salida. Los Pirineos, con el Hautacam como estrella, están en la segunda semana, y los Alpes, liderados por el coloso de La Bonette y el final en Alpe d'Huez, junto con la contrarreloj larga del penúltimo día, deberán marcar el devenir de la prueba. En total, serán más 3.500 kilómetros de recorrido, con cinco etapas de alta montaña, cuatro de media, dos 'cronos' y diez ciudades que se estrenan en acoger la 'Grand Boucle'.
El Tour se iniciará en la Bretaña, en la que se desarrollarán las tres primeras etapas y donde los 'aventureros' y los velocistas, entre ellos Oscar Freire (Rabobank), lucharán por la victoria.
Posteriormente, llegará la primera cita de relevancia con la contrarreloj de Cholet, exigente, pero sólo de 29 kilómetros, donde los escaladores puros podrán defenderse y donde Cadel Evans (Silence-Lotto) buscará abrir las primeras diferencias antes de la llegada de la primera dificultad montañosa con la entrada al el Macizo Central y el final en Super-Besse, de segunda categoría, para finalizar con una etapa de media montaña al día siguiente.
Sin apenas descanso y al inicio de la segunda semana, llegarán los Pirineos con las etapas 9 y 10 y los finales en Bagneres-de-Bigorre, con el Peyrosourde y el Aspin antes de la meta, y en Hautacam, el primer final en alto.
Esta es una etapa corta (154 kms) donde los favoritos deberán lidiar con el mítico Tourmalet y su pendiente media del 7,2 durante más de 15 kilómetros antes de afrontar el Hautacam, también de categoría especial.
Tras el primer día descanso, que tendrá lugar el 15 de julio, el recorrido vuelve a suavizarse para favorecer a esprinters y 'aventureros' entre las etapas 11 y 14, pero en la 15 regresa la montaña con el final inédito en Prato Nevoso, ya en suelo italiano y 'aperitivo' de los colosos alpinos. La jornada también contará con el Col Agnel, de categoría especial, muy al inicio de la etapa.
Los corredores tendrán descanso al día siguiente para afrontar el tramo decisivo de la carrera. Así, en la decimosexta etapa, entre Cuneo y Jausiers, el pelotón se enfrentará al Col de la Lombarde, más de veinte kilómetros con 7 por ciento media, y, sobre todo, al Col de la Bonette.
Los Alpes, un punto clave
La cima alpina, que no aparece en el Tour desde 1993 y que dio incluso problemas a Miguel Indurain, cuenta con 2.800 metros de altitud y será la ruta más alta de Europa frecuentada por una carrera. Serán casi 30 kilómetos al 6,2 por ciento de pendiente y cuyo descenso llevará a los favoritos hacia la meta.
Y sin tiempo para descansar, éstos tendrán que superar las míticas 21 curvas de Alpe d'Huez en la etapa 'reina' de la ronda con el Galibier y la Croix-de-Fer. Después vendrán tres etapas de teórica relajación antes de la decisiva contrarreloj de 53 kilómetros entre Cérilly y Saint-Amand-Montrond, previa al paseo triunfal por los Campos Eliseos.