China intenta lavarse la cara
- El Gobierno chino ha actuado contra disidentes, prostitutas, mendigos y el tráfico de drogas
- Organizaciones de pro derechos humanos critican que China ha incumplido sus promesas
China se ha gastado 40.000 millones de dólares (25.480 millones de euros) en estadios e infraestructuras. Estos juegos son una gran oportunidad para abrirse al mundo, y con ello, a los mercados internacionales.
El despliegue es multimillonario y persigue ofrecer una imagen que conquiste occidente. Por eso, Hu Jintao ha incrementado la represión sobre los disidentes, ha cerrado locales de prostitución, expulsado mendigos y vendedores ambulantes, lanzado campaña antidroga. Un tremendo lavado de cara que, sin embargo, no está dando los resultados esperados, y conforme se acerca la fecha de inauguración, crece la polémica y el debate sobre un posible boicot.
Diferentes asociaciones de defensa de los derechos humanos critican que Pekín ha incumplido la promesa que hizo en 2001, cuando ganó la carrera por organizar estos juegos, y se comprometió a mejorar la situación en materia de respeto a estos derechos.
Las críticas por su política exterior son cada vez más, y más multitudinarias. Los focos se centran en el conflicto de Darfur y más todavía en el del Tibet. Políticos, artístas y voluntarios de todo el mundo piden un boicot en solidaridad con la causa tibetana. Mientras, el Dalai Lama, el líder espiritual tibetano, ha afirmado que la población china se merece que su país organice unos Juegos, pese a la presión ejercida por su gobierno contra las revueltas en Tíbet
Misiles y entradas con foto
China se esmera en mejorar su imagen, preocupada, y mucho, por la seguridad. Cerca del estadio olímpico hay desplegados hasta misiles Tierra-aire. La ceremonia de inauguración debe salir perfecta, y por eso, todo esfuerzo es poco para tener hasta el último detalle bajo control.
Por eso, por primera vez en la historia del olimpismo, los espectadores de las ceremonias de apertura y clausura deben suministrar sus datos personales y una foto antes de recibir su entrada. Las personas que ya han comprado sus entradas o que las compren en el extranjero deberán rellenar un cuestionario con una foto reciente y con fotocopia del carné de identidad, según informó el Bocog (Comité Orgonanizador de los Juegos de Pekín).
Precedente nazi
No es la primera vez que unos juegos olímpicos comienzan salpicados por la polémica y con un fuerte trasfondo político. El COI prohibió la celebración de los Juegos Olímpicos de Sudáfrica debido al Apartheid, durante la guerra fría los juegos se convirtieron en un elemento más de presión. En 1980 los países occidentales, los Juegos de Moscú después de que la URRS invadiera Afganistán. Unos años más tarde, fueron los países comunistas los que boicotearon los de los Ángeles 1984.
Aunque quizá, de todas, la edición más polémica fue la de los Juegos de 1936, que se celebraron en plena Alemania nazi. España boicoteó estos Juegos con su ausencia. Había organizado como alternativa la Olimpiada Popular en Barcelona, pero fue suspendida por comenzar la Guerra Civil el día antes de la inauguración de estos juegos.