Pekín prohibe la entrada en los bares a negros y mongoles durante los Juegos
- Asocian a los negros con el tráfico de drogas y a los mongoles con la prostitución
- Se han producido redadas y detenciones en los bares frecuentados por los turistas
El furor preolímpico del Gobierno de Pekín está conduciendo a situaciones extremas, así la última de ellas ha sido la orden dada en algunas zonas de bares de la ciudad, como la situada alrededor del Estadio de los Trabajadores, de que no permitan la entrada de negros ni mongoles.
El Departamento de Seguridad Pública, de quien depende la Policía, ha hecho firmar a los bares en torno al estadio, donde se celebrarán partidos de fútbol, un documento prometiendo que no permitirán el paso a negros, asociados en la ciudad al tráfico de drogas, ni mongoles, a cuyas mujeres se suele relacionar con el negocio de la prostitución.
"Vinieron agentes no uniformados del Departamento de Seguridad Pública y me dijeron que no sirviera a negros ni a mongoles", ha señalado el dueño de un bar de la zona.
La prohibición, que ha comenzado a circular entre los extranjeros en Pekín, incluye también el bailar en los bares. Pero los responsables de varios locales de la zona de Sanlitun, frecuentada por extranjeros, han negado haber recibido ninguna notificación prohibiendo el baile en sus instalaciones o la prohibición del paso a los negros.
La Policía ya ha organizado en los últimos meses varias redadas en la ciudad, especialmente en la zona de bares de Sanlitun, frecuentada por extranjeros, para acabar con el tráfico de drogas.
Básicamente, las redadas consistían en detener a todos los hombres de raza negra, lo que provocó el arresto de varios familiares de diplomáticos. La campaña posteriormente se ha ampliado a la lucha contra la prostitución, por lo que mujeres chinas con ropas atrevidas también se vieron afectadas.
Estas medidas policiales son especialmente absurdas, teniendo en cuenta la inevitable afluencia de extranjeros de todas las razas durante los Juegos Olímpicos de Pekín.