El control antidopaje más estricto de la historia
- Los casos de dopaje han aumentado considerablemente en los últimos 12 años
- Existen dudas acerca de la eficacia de los controles
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La extrema vigilancia en materia de dopaje hace que los Juegos de Pekín sean los más controlados de toda la historia olímpica. Sin embargo, ni siquiera el empeño del Comité Olímpico Internacional (COI) en este asunto deja estos Juegos libres de la "maldición" del dopaje.
El aumento de casos registrados en los últimas tres ediciones (dos controles positivos en Atlanta 1996, 11 en Sydney y 27 en Atenas) hacen presagiar la aparición de nuevos casos dentro del deporte olímpico, por lo que es necesario prestar atención a deportes especialmente "manchados" como el ciclismo: "Encontramos porque lo buscamos".
Dibido a la probada epidemia de casos de dopaje en los últimos Juegos Olímpicos, la persecución a los atletas fraudulentos se intensificará en todas las instancias olímpicas y deportivas en general. Las cifras son elocuentes: en Pekín habrá el doble de controles que en Sydney (4550 contra 2350), unos Juegos por tanto, que tendrán lugar bajo la sombra del EPO recientemente detectado.
A este respecto, los Juegos de Atenas han supuesto un giro decisivo al desarrollarse bajo un código mundial antidopaje, texto de ley de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), creada como consecuencia de la rápida expansión del fenómeno del dopaje.
Despliegue de medios
Se barajan varias teorías para explicar esta intransigencia en Pekín. Porque el COI, ya dañado por la crisis del Tíbet y el caótico recorrido de la antorcha debe prevenirse de una nueva sacudida. Porque el olimpismo ya ha visto su imagen perjudicada por el fraude de Marion Jones, uno de sus iconos. O porque muchos dudan de los esfuerzos de China en favor de la honestidad deportiva y, en consecuencia, del COI por haberle otorgado los Juegos en 2001.
Esta firmeza choca con los que dudan del anuncio de China. AMA y el COI insisten en que Pekín protagonizará "un despliegue sin precedentes para luchar contra el dopaje", según las palabras de Arne Ljungqvist, presidente de la Comisión Médica del COI y número dos del AMA.
No obstante, existe la duda razonable acerca de la eficacia de ciertos métodos de análisis, como el test de la hormona de crecimiento, vigente antes de Pekin y cuyo margen de detección no está a la altura del consumo que se presume realizan los deportistas durante los periodos de preparación.
Más allá de las competiciones la severidad deja de ser extrema, por ello, las agencias nacionales y el AMA han puesto en marcha campañas para las etapas de pre-competición. A veces tan exhaustivos como en Francia, que han sometido a control a todos y cada uno de los deportistas seleccionados.
Aun más estrictos en Londres
Más allá de los controles, el AMA y el Código Mundial de Antidopaje han llegado a un posible acuerdo para repartir la información entre gobiernos y autoridades deportivas. Una cooperación de la que podemos esperar resultados en Pekin, especialmente en materia de colaboración entre aduanas ya que China tiene especial interés en cuidar su imagen en la lucha contra el dopaje. La reciente suspensión de varios de us deportistas por una primera infracción -que llaman teóricamente una simple sancion de dos años- es un ejemplo destacable.
Frenado por la lentitud de la puesta en vigor de los textos reglamentarios y especialmente, del Código Mundial de Antidopaje revisado el uno de enero, Jacques Rogge no ha podido imponer en Pekin las medidas drásticas que hubiera deseado y que intentará aplicar en los Juegos londinenses.
En 2012, todo deportista suspendido seis meses durante los cuatro años precedentes no podrá participar, las sanciones financieras aumentarán y un deportista será provisionalmente suspendido, sin opción a realizar un contra-análisis, en caso de que su muestra de positivo. Los Juegos de Pekin podrían ser una etapa hacia una mayor severidad.