La distancia de 42.195 metros cumple cien años
- Esta disciplina atlética conmemora la gesta del soldado griego Filípides
- La distancia vigente en la actualidad no se fijó hasta los Juegos de Londres de 1908
- La descalificación de Dorando Pietri en esta prueba ha sido la más famosa de la historia
La distancia oficial del maratón, fijada en 42.195 metros, cumple este 24 de julio cien años de vida, exactamente a un mes vista de la prueba masculina que pondrá remate a los Juegos Olímpicos de Pekín.
La carrera de maratón fue introducida en el programa olímpico en los primeros Juegos de la edad moderna, en Atenas 1896, para conmemorar la gesta del soldado griego Filípides, que en el 490 A.C. recorrió la ruta entre la bahía de Marathón y Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa, un esfuerzo que según la leyenda le costó la vida.
Pero el maratón tenía un recorrido aleatorio, siempre en torno a los 40 kilómetros, la medida que tuvo en su estreno olímpico. Cuatro años después, en París, la distancia aumentó en 260 metros; en St. Louis 1904 regresó a los 40 kilómetros; y en Atenas 1906 subió a los 41.860 metros.
La distancia oficial, todavía en vigor cien años después, no se fijó por un capricho de la realeza británica hasta los Juegos de Londres 1908, en los que venció el estadounidense John Hayes con un tiempo de 2h55:18.4, el récord olímpico.
El 24 de julio de aquel año los atletas recorrieron las 26 millas desde la salida, junto al castillo de Windsor, hasta el estadio Shepherd's Bush, donde habían de recorrer 385 yardas para cruzar la meta situada frente al palco de la reina Alexandra. Esta distancia de 26 millas y 385 yardas, convertida al sistema métrico, arroja la cifra ahora clásica de 42.195 metros.
A pesar de ello, no siempre se respetó esa distancia. En los Juegos de Estocolmo 1912 el maratón se disputó sobre 40.200 metros y en Amberes 1920 sobre 42.750. Hasta París 1924 no se recuperó el recorrido "londinense", que se convirtió ya en el definitivo.
El mito de Dorando Pietri
El maratón de Londres 1908 pasó a la historia no solo por ser el origen de la distancia clásica, sino por el dramático final protagonizado por el italiano Dorando Pietri, un pequeño corredor nacido en Carpi, tal vez el más famoso descalificado en la historia del olimpismo. Pietri llegó el primero al estadio, pero en unas condiciones físicas lamentables. Desorientado y al borde de la inconsciencia, el italiano necesitó la ayuda del jefe de carrera, Jack Andrews, para llegar hasta la meta, después de haberse derrumbado varias veces.
El informe oficial justificó la irregular ayuda a Dorando Pietri argumentando que "fue imposible dejarlo allí porque parecía como si estuviera a punto de morir en presencia de la Reina". El público tomó partido por el italiano, pero la delegación estadounidense se mostró inflexible: presentó una reclamación y los jueces decretaron la descalificación de Pietri, que daba la medalla de oro a John Hayes. El público proclamó héroe de la carrera a Dorando Pietri, que al día siguiente, una vez recuperado, recibió de la Reina una Copa de Plata en desagravio.
Dorando Pietri cobró fama universal, su drama fue inmortalizado en coplas y canciones y fue una figura aclamada incluso en Estados Unidos, donde recibió ofertas, las cuales aceptó, para pasar al campo profesional. En los dos años siguientes se enfrentó varias veces a Hayes. Los dos duelos más relevantes fueron en Nueva York, uno el 25 de noviembre de 1908 y otro el 15 de marzo de 1909. En ambos la victoria fue para el italiano, que, mal aconsejado en asuntos financieros por su hermano, vio evaporarse su fortuna y acabó ganándose la vida como taxista.