Los Juegos Olímpicos más caros de la historia
Las cifras totales oscilan entre 20.000 y 40.000 millones de d
Los Juegos de Pekín van a ser los más caros de la historia del Olimpismo, según estimaciones que oscilan entre 20.000 y 40.000 millones de dólares y a falta de cifras definitivas sobre las que los funcionarios chinos mantienen un silencio sepulcral.
La estimación más alta, de 41.442 millones de dólares (26.252 millones de euros), ha sido confirmada por el grupo de expertos de la Asociación de Investigación Olímpica de Pekín y coincide con la de un centro gubernamental paralelo, aunque no ha sido publicada en China, sino por la prensa extranjera.
Este presupuesto incluiría 4.655 millones de dólares en estadios y costes operativos, 10.437 millones en contener la contaminación y 26.350 millones en infraestructuras, según la partida prevista por el municipio en 2001 para gastos olímpicos.
De confirmarse un dispendio de 40.000 millones, Pekín superaría con creces los 14.000 millones que se gastó Atenas y deja el listón muy alto para futuras ciudades candidatas, incluso comparado con el presupuesto récord de Londres 2012 (15.800 millones) o de la candidatura de Madrid 2016 (11.600 millones).
A pesar de estos datos, el Comité Organizador (BOCOG) insiste en la cifra oficial de 2.000 millones de dólares (1.257 millones de euros), un dato que incluye sólo los estadios y costes operativos para los Juegos. Este es el último presupuesto actualizado que presentó el BOCOG en noviembre pasado, incrementado respecto al presentado en 2001, al ganar la candidatura olímpica.
La mayor parte de este paquete estaba destinado a las 37 instalaciones olímpicas, 19 de ellas nuevas, aunque sólo el Estadio Nacional ha costado un cuarto, con más de 400 millones de dólares; y lo restante ha sido destinado a los costes operativos del BOCOG.
Sin embargo, en el presupuesto de la candidatura se añadían 12.355 millones de dólares adicionales para protección ambiental (8.600 millones), carreteras y transporte (3.670 millones) y aeropuertos (85 millones), que ya se han superado con creces con una metamorfosis urbanística sin precedentes.
Una situación similar a Barcelona 92
En los presupuestos de Pekín 2003-2008, la partida destinada a protección ambiental es muy similar a la proyectada, pero sólo las nuevas carreteras y líneas de metro consumieron 12.531 millones de dólares, mientras que el presupuesto de instalaciones olímpicas duplica al previsto, con 4.100 millones.
Únicamente la ampliación del aeropuerto de Pekín Capital, con la terminal más grande del mundo, ha costado 3.650 millones.
De momento las autoridades no han confirmado ninguna cifra total, ya que aunque en mayo tenían previsto publicar el gasto olímpico, decidieron retrasarlo porque aún quedaban obras pendientes y todavía hoy rechazan dar una cuantía en cada rueda de prensa que ofrecen. Las publicadas, aún así, son bastante abultadas para los chinos, que consideran que, con cien millones de pobres en el país, es un despilfarro.
Aún así se cree que la venta de localidades, cuyos ingresos se estiman en 2.200 millones de dólares, contrarrestará el gasto del BOCOG y evitará las pérdidas de Atenas 2004, de 12.000 millones de dólares.
En opinión de sus analistas, el caso de Pekín será parecido al de Barcelona 1992 (100 millones de pérdidas), cuya modernización la convirtió en uno de los principales destinos turísticos del mundo, con lo que obtuvo beneficios a largo plazo.