Ricardo Riccò ha admitido el uso de EPO de nueva generación
- El ciclista italiano pide perdón a todos sus seguidores
- Asume toda la responsabilidad, exculpando al Saunier Duval
- Teme que por su culpa alguien pierda su trabajo
El ciclista italiano, Riccardo Riccò, expulsado el pasado día 18 en el Tour de Francia tras dar positivo en un control antidopaje, ha admitido el uso de EPO de última generación ante la fiscalía de Comité Olímpico Italiano (CONI).
Desde que se conociera su positivo, el corredor aseguraba no haberse dopado, y que las jeringuillas que se encontraron entre su material servían para inyectarse sólo vitaminas, afirmando que nunca había oído hablar de EPO de última generación.
"Ante la fiscalía antidopaje del CONI he asumido mi responsabilidad. Antes del Tour tomé la sustancia que todos sabéis (EPO de última generación)", ha explicado Riccò. Además, ha dicho que se ha tratado de un "error" individual, exculpando así a su equipo, que decidió retirarse de la carrera francesa tras los resultados del antidopaje. "Ha sido un error sólo mío. Por ello, no pedí el contraanálisis. Ahora sólo me preocupa el equipo porque pienso que por culpa mía alguno puede perder su trabajo", ha añadido.
Asimismo, ha reconocido que, con su confesión, ha querido quitarse "un gran peso de encima". "Tengo un gran sentimiento de culpa y quiero pedir perdón también a todos mis seguidores", ha añadido el corredor.