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Las sirenas españolas entrenan tranquilas en Pekín

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Gemma y Andrea entrenan el dúo mientras sus compañeras practican el ejercicio de equipo.
Gemma y Andrea entrenan el dúo mientras sus compañeras practican el ejercicio de equipo.

Las chicas españolas del equipo de natación sincronizada entrenan tranquilas y confiadas en Pekín. "Estamos muy concentradas, llevamos ya aquí muchos días y, de momento, no hemos visto a ningún otro equipo entrenando, así que podemos aprovechar todo mucho más", reconoce Gemma Mengual nada más salir del agua. 

La sonrisa no se le borra nunca, ni siquiera después de dos horas en el agua ensayando todos y cada uno de los movimientos del ejercicio técnico. "Tenemos el ejercicio muy trabajado", señala Andrea Fuertes, su compañera del dúo. Casi un año ha estado el equipo, dirigido por Anna Tarrés, preparando el ejercicio con el que la natación sincronizada española aspira a su primera (o sus primeras) medallas olímpicas.

"Tenemos un ejercicio muy técnico, muy arriesgado y muy innovador", afirma Tarrés. Todo, absolutamente todo, está medido, controlado y ensayado hasta la extenuación. La música, los bañadores, las coreografías, el sonido en el 'Cubo'... Todo pensado para que la única preocupación de las chicas sea darlo todo debajo del agua.

Después de dos años cosechando triunfos en todos los campeonatos, el objetivo de la temporada era batir por fin a las rusas, las grandes favoritas en todas las competiciones, y las españolas parecen estar a punto de lograrlo. Con un ejercicio que en artístico sigue siendo uno de los más brillantes y espectaculares del circuito, y uno técnico que ha dejdo boquiabiertos a jueces, expertos y deportistas.

El podio como objetivo mínimo

Para conseguir alcanzar la perfeccion técnica de la que hacen gala desde hace años las rusas, la seleccionadora no ha dudado en recurrir a todo tipo de tácticas: desde cambiar la pareja de dúo de Mengual -ha sustituido a Paola Tirados, la que ha sido su compañera durante años, por Andrea Fuertes, una nadadora con más técnica, hasta solicitar vídeos a Televisión Española de todas las competiciones en las que han participado las rusas. 

En las últimas competiciones las españolas han demostrado estar a tan sólo décimas de éstas, así que el equipo entero está medalizado para colgarse, por fin, una medalla olímpica. "Hombre, no podemos confiarnos, pero creemos que vamos a estar entre las mejores", reconoce Fuertes. "De hecho, no subir al podio sería un fracaso para nosotras", dice.

De momento, las chicas entrenan en la piscina del Centro Acuático Nacional un par de horas diarias, y algunas más en la piscina de La Villa Olímpica. Expuestas, eso sí, a los ojos de los oteadores de otros equipos que no pierden detalle de los entrenamientos de las chicas de Tarrés. Quizá por eso el sábado, después del desfile, el equipo pondrá rumbo a Shanghai, donde podrán entrenar lejos de vistas incomodas, hasta los días previos a la competición.

Eso sí, esta vez, para regresar, marcarán sus maletas. "Para venir hasta aquí, llevábamos todas una maleta igual, y en el control del aeropuerto casi nos volvimos locas para identificar cada una la nuestra. Para la próxima, las marcaremos", dice Mengual.