Protestas de activistas extranjeros en la plaza de Tiananmen a un día del inicio de los Juegos

• Tres activistas estadounidenses han protestado por la falta de libertad religiosa en China
• Han sido disueltos por la policía pequinesa, que los ha detenido
• La intención de los manifestantes era "rezar en paz", según afirmaron

Nuevas protestas en Tiananmen

La Policía pequinesa ha impedido una nueva acción de protesta de tres activistas estadounidenses en plena plaza de Tiananmen para exigir libertad religiosa en China, en la víspera de la inauguración de los Juegos Olímpicos.

"Hemos venido aquí a denunciar los abusos de los derechos humanos por parte del Gobierno chino. Hemos venido aquí hoy para ser la voz de los que están en prisión por sus creencias religiosas", dijo Patrick Mahoney, director de la Coalición de Defensa Cristiana, citado por el diario de Hong Kong South China Morning Post.

Ante el Mausoleo de Mao Zedong, en Tiananmen, fueron las pocas palabras que pudo decir el activista antes de que los agentes, que no detuvieron a los extranjeros, disolviesen la improvisada vigilia.

"Estamos aquí para rezar en paz", dijo por su parte otro de los activistas mientras era sacado de la plaza, conocida en todo el mundo por haber sido el escenario de la matanza de estudiantes pro-democráticos a manos del Ejército chino en 1989.

Con Pekín como centro de atención mundial, activistas y disidentes, chinos y extranjeros, buscan estos días maneras de burlar la férrea seguridad de los JJOO para conseguir un eco a sus protestas.

Varios dirigentes internacionales han anunciado ya su intención de protestar ante el Gobierno chino por la falta de libertades en el país asiático. Entre ellos, el presidente estadounidense, George Bush, que ha asegurado "Los ciudadanos chinos merecen libertad porque es un derecho natural de todos los seres humanos".

El lunes, unas 50 personas se enfrentaron a la Policía cerca de Tiananmen para protestar por el desalojo de sus viviendas a causa de las obras olímpicas.

Ayer, dos activistas británicos y dos estadounidenses -todos ellos expulsados ya del país- consiguieron desplegar una pancarta desde un poste eléctrico en la que exigían libertad para el Tíbet.