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El refugiado que escapó de Sudán y llegó a Pekín

  • Fue secuestrado con seis años e intenrado para convertirse en un niño de la guerra
  • Vio a otros niños morir, sufrió palizas y en su aldea le hicieron una tumba pensando que habría muerto
  • Tiene la nacionalidad estadounidense desde hace poco más de un año
  • Será el abanderado por delante de Kobe Bryant, Phelps o Tyson Gay gracias a los votos de sus compañeros

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Lomong celebra su victoria en el Grand Prix de Nueva York
Lomong celebra su victoria en el Grand Prix de Nueva York

La historia de Lopez Lomong es impresionante. Nació en Sudán, pero será el abanderado del todopoderoso equipo de Estados Unidos. En medio, una vida con grandes dosis de drama pero con final feliz.

Tiene la nacionalidad estadounidense desde hace sólo poco más de un año, es un desconocido que correrá la prueba de 1.500 con pocas posibilidades de medalla, pero será el primero en desfilar en su equipo, y detrás de él desfilarán estrellas como Kobe Bryant, Michael Pelphs o Tyson Gay.

Raptado con seis años

Precisamente, Lomong será el abanderado porque así lo han votado sus compañeros, los capitanes de los diferentes equipos estadounidenses. Es un premio, tras una vida que quedó marcada cuando con sólo seis años fue secuestrado a punta de pistola junto a 50 niños más.

Lomong fue raptado por las milicias progubernamentales y trasladado a un campo de internamiento, donde sería convertido en un "niño de la guerra", uno más de los niños perdidos desplazados por la guerra civil.

En su pueblo se contruyó una tumba en su honor, mientras él sufría una verdadera pesadilla a cientos de kilómetros en el mismo país. Vio a otros niños morir, recibió palizas y una larga lista de calvarios que narra en el documental que hizo sobre us historia la HBO norteamericana.

Consiguió escapar por un hueco de la alambrada, y en su camino hacia cualquier otra parte, llego a Kenia. Allí fue internado en el campo de refugiados de Kakuma, donde fue rebautizado como López en lugar de Lopepe.

Una nueva vida en EE.UU.

Los responsables del campo le informaron que 3.000 exiliados serían trasladados a EE.UU. Tuvo una entrevista con los miembros de la embajada norteamericana, y escribió una carta a las organizaciones humanitarias encargadas del proceso. Esta vez, la suerte si le toco a él.

Empezó una nueva vida en EE.UU, en Siracusa, un pueblo cercano a Nueva York, acogido por una familia que participaba en el proyecto. Fue a la Universidad y allí destacó como atleta. El año pasado ganó el campeonato universitario de 1.500 y se convirtió en profesional. Unos meses más tarde, irá a Pekín como abanderado.

Su sueño de dos banderas

Lo tiene muy difícil, pero si Lomong consiguiera una medalla, el 20 de agosto luciría una bandera de EE.UU. y otra de Sudán. "Sería para decir, aquí está una víctima que tuvo que huir, y mira donde está ahora".

"Cuando estábamos en África, no sabíamos porque estábamos allí de niños. Simplemente corríamos. Dios estaba planeando todo esto para mí y yo no lo sabía. Ahora utilizo el atletismo para llamar la atención de todas las cosas horribles que ocurrieron durante la guerra en Sudán. Muchas veces estas cosas no salen en la CNN, así que si consigo destacarlas, espero que la gente se informe. Ahora mismo, cosas igual de horribles están ocurriendo en Darfur. La gente huye de Darfur y yo me pongo en sus zapatos".

Con estas palabras abre su página web. Navegando por ella, son muchas las referencias al drama que tiene lugar en Sudán. Él es miembro del grupo de deportistas Team Darfur, que luchan por conseguir por medio del deporte, llamar la atención de lo que allí está ocurriendo.

"Como atletas, tenemos que dejar claro al gobierno (sudanés) que no se puede matar o bombardear y a China que debe dejar (de apoyar a Sudán) porque las armas no sirven para defender al país sino para matar a inocentes. Estamos en el siglo XXI y no quiero que los niños sigan creciendo en campos de refugiados", dice en blogfordarfur.org.

De sus carreras para ver a Johnson al sueño de un hotel

"No tengo palabras para describir lo feliz que soy" dijo cuando se enteró que sería el abanderado.

A sus 23 años, fue tercero en las pruebas de selección para el equipo de atletismo estadounidense. Le gusta la música del rapero 2PAC y sueña con montar un restaurante o un hotel en África.

Ha podido reencontrarse con su madre, después de que los dos pensarán que el otro había muerto.

Cuenta que cuando estaba en Kenia en el año 2000, corría varios kilómetros para poder ver las carreras de Michael Johnson en una vieja tele en blanco y negro. Ahora será él el que salga en la pequeña pantalla. Quizá no suba al podio, pero su afán de superación, su historia y su ejemplo sin duda son dignas de medalla.