China muestra al mundo su grandeza
- El día de la inauguración de los Juegos se vive como una fiesta en el país
- Las calles semidesiertas de Pekín contrastaron con la multitud de Tiananmen
- Caluroso recibimiento a la delegación española
- Taiwan, Hong Kong y Corea del Norte, entre las más aplaudidas
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La ceremonia no ha defraudado las expectativas. El espectáculo dirigido por Zhang Yimou ha sido un despliegue de grandeza, acorde con la inmensidad de China. La fiesta llegó a su punto culminante cuando el ex gimnasta Li Ning, una de las sorpresas mejor guardadas de la ceremonia, encendió el pebetero tras recorrer el perímetro del Estadio Nacional literalmente "volando".
España tuvo su minuto de protagonismo cuando David Cal entró en la pista encabezando la delegación, que fue recibida con aplausos por el público pekinés. Uno de los más buscados por las cámaras fue el tenista Rafael Nadal, máximo favorito para la medalla de oro en tenis. El mallorquín también fue aclamado junto a Gasol por los telespectadores reunidos ante las pantallas fuera del estadio.
Los españoles tuvieron mejor suerte que Estados Unidos o Corea del Sur, recibidos con cierta frialdad (incluso con algún silbido). Todo lo contrario que Taiwán, Hong Kong, Pakistán, Irak, Rusia, Italia, Australia y Corea del Norte, que, en contra de lo previsto en el programa, no desfiló inmediatamente después de Corea del Sur, sino con cuatro equipos por medio. No hubo acuerdo entre sus gobiernos para una presentación conjunta.
Lo vivido en el Estadio Nacional tuvo, por tanto, su reflejo en fuera de "El Nido", desde donde nuestra enviada Olalla Cernuda nos contó la reacción del público ante las sorpresas de la ceremonia. Cada golpe de efecto del espectáculo de Yimou fue aclamado con ovaciones.
El 8 de agosto de 2008 pasará a la historia de China como un día de fiesta nacional para el país más poblado del mundo. En la capital, Pekín, las calles estaban casi desiertas para vivir en directo desde sus casas el evento. Sin embargo, una impresionante multitud se agolpaba junto a la Plaza de Tiananmen, el principal foco de la fiesta fuera del estadio.
La marea humana fue tal, que en un momento las fuerzas de seguridad tuvieron que abrir uno de los pasos clausurados para evitar accidentes ante la avalancha que pugnaba por entrar en la plaza.
En los barrios más populares la gente se agolpaba en los bares y restaurantes para seguir la gala. Incluso, en algunas esquinas había dispuestas pantallas grandes ante las que se podían ver a ciudadanos sentados en taburetes. También se pudo ver algún que otro comisario político, vigilando que nada se saliera del guión previsto, ni siquiera fuera del estadio.
Y es que la obsesión por la seguridad ha sido, y seguirá siendo, una constante en el día a día de los Juegos. El de los periodistas es unos de los colectivos profesionales que más tiene que sufrir la vigilancia de la policía. Cualquier objeto levanta las suspicacias de las fuerzas de seguridad, incluso un paquete de chicles o el agua. Quien quiera acceder a alguno de los recintos con una botella tiene que beber primero para demostrar que el líquido no es peligroso.
Disciplina oriental
En "El Nido" daba igual que fueran cien o mil. Todo debía estar acompasado con una precisión milimétrica, como en la exhibición de tai chi antes del desfile de deportistas o en la "tamborrada" del inicio. Igualmente en Tiananmen los gritos de ánimo y las consignas a favor del equipo chino estaban bien orquestadas.
En mitad de la marea oriental, el toque de color lo puso la soprano Sarah Brightman, que interpretó la balada You and me, canción oficial de estos Juegos, junto al cantante pop local Liu Huan. En la calle apenas se veía un occidental, amén de los periodistas, y más difícil resultaba encontrar un español. Sin embargo, sí que los había, como tres turistas barceloneses que se dieron una vuelta por uno de los barrios del centro buscando un lugar tranquilo, lejos del tumulto de Tiananmen, desde donde seguir la ceremonia.
Si algo hubo en abundancia en el país que inventó la pólvora fueron los fuegos artificiales. Pirotecnia en los preliminares, pirotecnia al inicio del espectáculo, entre los distintos bloques y, por supuesto, como colofón al encendido del pebetero. También en las calles hubo fuegos artificiales y donde más en Tiananmen.
Durante varios minutos después de dar por concluida la ceremonia en "El Nido", los millares de personas reunidas en la plaza disfrutaron de una impresionante traca final. No en vano, Tiananmen es centro de las principales celebraciones como el Año Nuevo chino o la fiesta nacional, amenizados tradicionalmente con pirotecnia.
Los casi 100.000 espectadores congregados en el Estadio Nacional, los millares que quisieron seguir la ceremonia en Tiananmen y los millones de espectadores que pudieron verla por televisión fueron testigos de la magnificencia de la maquinaria china. El gigante asiático se muestra dispuesto a asombrar al mundo con el objetivo de clausurar dentro de 16 días los mejores Juegos de la historia.