Li Ning, el "Príncipe de la gimnasia", último relevista de la antorcha
Una de las sorpresas mejor guardadas de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 ha resultado ser casi obvia. Tras meses de especulaciones sobre el nombre de la persona que haría el último relevo de la antorcha olímpica, el honor ha recaído finalmente en el mítico gimnasta Li Ning.
Con seis medallas olímpicas a sus espaldas (tres oros, dos platas y un bronce) y un total de 106 podios conseguidos en sus 19 años de carrera profesional, Ning es probablemente el gimnasta chino más respetado en China, pese al empuje de las nuevas generaciones de gimnastas, que en estos Juegos tienen serias opciones de medalla.
Ning alcanzó la fama en los Juegos de Los Ángeles 84, donde se convirtió en el primer gimnasta chino que se subió a lo más alto del podio en unos Juegos. Apenas dos años antes, en el Mundial, ganó cuatro de los seis oros individuales, una hazaña que le valió el apodo del "Príncipe de la gimnasia". Tras volver a probar suerte en los Juegos de Seúl 88, donde no logró subirse al podio en ninguna ocasión, se retiró del mundo deportivo.
En lugar de, como era previsible, dedicarse a entrenar a jóvenes atletas, decisió pasarse al ramo empresarial, donde se ha convertido en uno de los homrbes de negocio más ricos de China, gracias a una marca de ropa deportiva: Li Ning. De hecho, la equipación de los atletas españoles para estos Juegos es de esta marca, una de las más conocidas en el ámbito deportivo.
Ning ha sido prácticamente el único de los atletas chinos más conocidos de los últimos tiempos que no ha participado en los relevos de la antorcha durante su viaje por todo el país. Las dos estrellas mediáticas chinas del momento, el baloncestista Yao Ming, y el vallista Liu Xiang, tuvieron su turno uno hace unos meses.
En los últimos Juegos Olímpicos, celebrados en Atenas en 2004, el encargado de subir los 43 escalones que entonces daban acceso al pebetero fue el regatista griego Kikolaus Kaklamanakis, mientras que en Sydney 2000 fue Cathy Freeman.