España cumple ante China
- La selección de Pastor gana a los anfitriones por 36-22.
- Los catorces goles de ventaja igualan la diferencia que consiguieron Francia y Polonia.
- El sábado ante Francia, partido clave para determinar la posición en el grupo.
- Sigue a la selección desde dentro en el blog de Barrufet.
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La insoportable levedad de la la victoria asegurada adormeció a la selección española. El trámite ante los anfitriones se convirtió en un entrenamiento más en el ecuador de la competición, a juzgar por la actitud de muchas fases del partido. Los catroce goles de diferencia que Francia y Polonia consiguieron ante los anfitriones eran la vara de medir, el único reto a superar para un hipotético empate a puntos con Polonia, Francia o Croacia.
Un entrenamiento en competición
En un inicio soporífero, España, con Barrufet titular y el equipo B en pista no encontraba motivaciones. La falta de intensidad, traducida en pérdidas constantes de balones y una defensa amable, se reflejaba en un marcador tímido: 4-3 (m.8), 5-4 (m,11). A pesar de la desidia, Juan Carlos Pastor mantuvo el equipo inicial durante gran parte de la primera mitad. Únicamente los extremos, Juanín García y, sobre todo, Víctor Tomás que entraba una y otra vez desde el perfil derecho sumando goles y recursos, se beneficiaban de la circulación de ataque española.
El pequeño de los Entrerríos y Demetrio Lozano comenzaron a percutir el núcleo de la defensa china mediada la primera mitad (11-7 m. 19). Pero la falta de complejos del equpo anfitrión le llevó a practicar jugadas de ensueño, más propias de un partido de exhibición que de una competición olímpica, incluyendo un arabesco en forma de salto de 360º grados del número 20, Zhu, cuando finalizaba un contraataque: Barrufet todavía no lo había visto todo en el balonamno. La alegría de los jugadores chinos en cada gol revelaba su modesto objetivo de cumplir y poco más.
Lento despegue
La entrada del jugador del Ciudad Real, Davis agilizó el ataque y llegaron los primeros contraataques y goles fáciles de Albert Rocas (9-16 m.26). Pero el eterno retorno de la falta de concentración obligó al primer tiempo muerto del seleccionador español. Con Barrufet incrédulo ante la facilidad con la que los centrales chinos se erguían sobre la muralla española, se llegaba al descanso con una modesta ventaja (16-11).
Más velocidad
El objetivo de superar la diferencia franco-polaca se hizo evidente en la salida de vestuarios. Más rotaciones, más presión, más robos de balón y mayor efectividad (22-12 m.8). Apareció Hombrados, el héroe ante Polonia, aunque el atasco del ataque chino frente a la defensa 4-2 española casi le deja en el anonimato. Los contraataques de Junanín se convertían en un deja vu (26-15 m.14). Con Iker Romero mentalizándose en el banquillo para el choque con Francia, sólo Belaustegui y el veterano Lozano mostraban interés en demostrar que quieren más minutos en el equipo.
Emoción final y objetivo cumplido
Un gol de Cristian Malmagro, igualaba los guarismos de los quipos rivales (19-23 m.24) y anunciaba un final tranquilo. El equipo asiático presionaba en todo el campo, favoreciendo las rápidas transiciones de los extremos. Sin embargo, con algún balón robado, salvaban la cara (22-34 m.28). Hasta que Malmagro primero y Davis después ponían el 22-36 final. El sábado ante Francia, la selección se juega la posición de grupo y el cruce, es decir, todo.