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Jesús García Bragado, cuarto en 50 km marcha

  • El español ha ido remontando puestos, pero se ha quedado a las puertas del metal
  • La marcha española acaba sin medallas, por primera vez desde Seúl 88

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García Bragado llega cuarto

El veterano marchador español Jesús Angel García Bragado firmó hoy un meritorio cuarto puesto en la prueba de los 50 kilómetros marcha, donde el italiano Alex Schwazer se adjudicó el oro con un ataque en el tramo final de la prueba.

El madrileño, cerca de cumplir 39 años, realizó una carrera inteligente bajo unas condiciones diferentes a las del día anterior en los 20 km femeninos. El sol y el calor sustituyeron a la torrencial lluvia, pero el actual subcampeón de Europa no estuvo tan cerca como María Vasco de las medallas, aunque su resultado no deja de ser brillante.

Y es que la edad del español se contrapone con la del campeón, Alex Schwazer, y el subcampeón olímpico, el australiano Jared Tallent,  bronce también en los 20 kilómetros marcha. Ambos poseen el tesoro de la juventud (no han cumplido aún los 24 años), mientras que el bronce, el ruso y plusmarquista mundial, Deniz Nizhegorodov, tiene 28.

Lenta remontada

García Bragado realizó su carrera. Lejos de las primeras posiciones desde el inicio de la durísima prueba, el madrileño prefirió marcar su ritmo e ir de menos a más. La táctica resultó acertada y el veterano atleta fue superando rivales con el paso de los kilómetros hasta el cuarto lugar, lo que le permite subir un peldaño respecto a Atenas 2004, uno de sus objetivos junto a la medalla.

Sin embargo, el metal estuvo complicado. Schwazer, Tallent y Nizhegorodov se mostraron fuertes desde el comienzo de la prueba y formaron el grupo ganador en el ecuador de la prueba. En los primeros 25 kilómetros, García Bragado marchaba duodécimo, pero el podio estaba ya bastante lejos, a más de cuatro minutos.

El madrileño siguió subiendo el ritmo, sin inmutarse por el calor y la humedad chinas, que convirtieron la prueba en un infierno para muchos competidores. El segundo aviso le obligó a vigilar su marcha y asegurar un bien preciado como el cuarto lugar.

Por delante, con la entrada de los diez kilómetros finales y con el francés Yohan Diniz, subcampeón mundial, abandonando, Schwazer, bronce en los Mundiales de Osaka, decidió cambiar y dejar a sus compañeros. El italiano cogió una ventaja inalcanzable para Tallent y Nizhegorodov, y posteriormente el australiano se lanzó a mejorar lo conseguido el sábado.

Schwazer se mostró intratable, y con lágrimas de alegría, entró en solitario en el Estadio Olímpico para coronarse como el relevo del gran Robert Korzeniowsky, entrenador de 'Paquillo' Fernández. Tallent no perdió la preciada plata y Nizhegorodov, con dos avisos, no cometió errores para dar su bronce a García Bragado.

Por otro lado, el resto de la representación española en la prueba estuvo por debajo de sus posibilidades.  Mikel Odriozola, decimotercero, fue regular y se mantuvo siempre dentro del 'top 15', pero no pudo conseguir el diploma olímpico, que creía a su alcance, y mostró su disgusto en la línea de meta.

Santiago Pérez, el tercero en liza, tampoco estuvo a su nivel y, aunque acabó con su mejor marca de la temporada (3:59, nunca se sintió cómodo finalizando en la vigesimosexta posición.

La marcha acaba sin medalla

Con el cuarto puesto de Bragado, la marcha española cierra los Juegos Olímpicos sin medallas, rompiendo así una racha de buenos resultados que se había traducido en una cosecha de medallas ininterrumpida desde la cita de Barcelona 92.

Allí, Daniel Plaza se coronó logrando el oro en los 20 kilómetros marcha. Cuatro años más tarde, Valentín Massana logró una valiosa y trabajada medalla de bronce en los Juegos del Centenario celebrados en Atlanta.

La siguiente cita, Sydney 2000, reportó a la delegación española el bronce de María Vasco en 20 kilómetros marcha, que este año solo ha podido ser quinta. Por último, en Atenas 2004, la afición española comenzó a vibrar con el actual baluarte de la marcha española, 'Paquillo' Fernández, que conquistó la plata entre el caluroso asfalto ateniense. A todas ellas, hay que unir la plata de Jordi Llopart en Moscú 1980.

Además, con la ausencia de metales por parte de la marcha, el atletismo español se podría marchar de vacío de unos Juegos Olímpicos, algo que no sucede desde Seúl'88. Y es que los marchadores, habitual salvadores, han logrado cincos de las once preseas del atletismo nacional.