El ciclismo en pista trae las primeras medallas
- César Neira inaugura el medallero con un bronce en persecución
- Christian Venge y David Llaudaró, plata en persecución en tándem B&VI
- Maurice Eckhard repite el cuarto puesto de Atenas en persecución CP3
- Javier Otxoa, ganador de etapa en el Tour, fue descalificado de la final
Enlaces relacionados
El ciclista Christian Venge, guiado por el piloto David Llauradó, consiguió la segunda medalla de la delegación paralímpica española en Pekín al obtener la plata en la prueba de persecución individual categoría B&VI (tándem para corredores con minusvalías visuales).
Venge y Llauradó no tuvieron opción alguna ante el australiano Kieran Modra y su piloto, Tyson Lawrence, la mejor pareja del mundo en esta prueba.
De hecho, los australianos, que ya había batido el récord del mundo en la manga clasificatoria de la mañana, volvieron a establecer una nueva plusmarca en la final vespertina, en la que pararon el crono en 4.18.166 (a una media de 55,778 kms/h).
Venge y Llauradó salieron a por todas, pero pronto comprobaron que el oro era misión imposible ante el potencial de Modra y Lawrence, que ya marchaban claramente por delante antes de alcanzar el primero de los tres kilómetros de los que constó la prueba.
A falta de un kilómetro y con todo ya claramente decidido salvo caída o avería, los australianos rebasaron a Venge y Llauradó y ahí se acabó la final para los españoles, que se vieron obligados a parar como marca el reglamento.
Además de la plata, les quedó el buen sabor del récord nacional establecido en la sesión clasificatoria de la mañana, en la que marcaron un tiempo de 4.25.335 (a una media de 54,271 kms/h).
Los jueces, que estaban avisados de que los oceánicos pretendían batir la plusmarca mundial nuevamente, permitieron continuar a Modra y Lawrence, que lograron su objetivo ante los aplausos y vítores de un público entregado.
La medalla de bronce fue también para los australianos Bryce Lindores y Steven George, que se impusieron a los canadienses Daniel Chalifour y Alexandre Cloutier con comodidad.
El bronce de César Neira inaugura el medallero español
El madrileño César Neira fue el encargado de tener el honor de inaugurar el medallero de la delegación española en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008 con una medalla de bronce en la persecución individual.
Neira, aquejado de una parálisis cerebral, logró en las clasificatorias el pase a la lucha por el tercer y cuarto puesto donde, tras ser dominado en 2.000 de los 3.000 metros por el checo Jiri Bouska, remontó en el kilómetro final del velódromo de Laoshan para dar la primera gran alegría a España.
Por su parte, Maurice Eckhard no pudo sorprender al canadiense Jean Quevillon, que le arrebató con suficiencia el bronce en la prueba de persecución individual CP3, reservada a corredores con parálisis cerebral, y tuvo que conformarse con repetir el cuarto puesto de Atenas 2004. El oro fue para el gran favorito, el británico Darren Kenny, y la plata para el surcoreano Jin Yong-Sik.
El canadiense, plata en Sydney 2000 en la prueba contrarreloj individual, rodó por la mañana muy por delante del español, con el que quedó emparejado, y al que aventajó en casi seis segundos. Y por la tarde, se repitió el guión. Quevillon salió muy fuerte, metiendo metros de por medio con respecto al barcelonés, de 25 años y estudiante de INEF, que nada pudo hacer ante la potente, regular e incluso elegante pedalada del canadiense.
El técnico del Comité Paralímpico Español y entrenador de Eckhard en Pekín, Bernat del Pino, explicó tras el cuarto puesto obtenido por el barcelonés que "está muy presionado psicológicamente" y lamentó la humedad de la capital china "que afecta mucho al velódromo". "Además, sus rivales han mejorado mucho, mientras que él se ha quedado un tanto estancado", añadió.
Javier Otxoa, descalificado, se perdió la final
El ciclista Javier Otxoa quedó fuera de la pelea por el oro en la prueba de persecución individual CP 3 al ser descalificado tras la disputa de la manga clasificatoria y cuando ya había obtenido el billete para la final a dos contra el máximo favorito, el británico Darren Kenny.
Los jueces estimaron que Otxoa, una vez superado por Kenny, con quien quedó emparejado en la clasificatoria por tiempos y que estableció un nuevo récord mundial de la prueba con 3.36.875, casi seis segundos por debajo de la anterior plusmarca también en su poder, no respetó la distancia que debía mantener con respecto al británico y aprovechó su rueda de manera ilegal.
El caprichoso sorteo de la prueba, reservada a corredores con parálisis cerebral, hizo que Otxoa y Kenny, los dos principales favoritos y que ya se enfrentaron en la final de Atenas 2004, donde el ex profesional del Kelme y vencedor en la etapa de Hautacam del Tour 2000 por delante del mismísimo Lance Armstrong, tuvo que conformarse con la plata, se vieran las caras en el velódromo pequinés de Laoshan a las primeras de cambio.
El británico salió como una exhalación, haciendo gala de una prestaciones envidiables y una forma de rodar espectacular, lo que provocó que atrapara al español al paso por el primero de los tres kilómetros de que constaba la prueba.
Otxoa, sin embargo, no se vino abajo al verse rebasado por Kenny, se mantuvo a su estela, demasiado según los jueces, y logró el segundo mejor crono de los ocho participantes con 3.47.552, lo que significaba que el británico y el español volverían a medirse de nuevo mano a mano por el oro en la final de esta tarde.
Minutos después se conoció la decisión de los jueces y el consiguiente jarro de agua fría para Otxoa, que no podrá ni inquietar a Kenny en la pelea por un título del que parece dueño absoluto ni reeditar siquiera la plata obtenida en Atenas hace cuatro años.