Óscar Freire también gana en la Vuelta
- El cántabro de Rabobank se impuso en una llegada antológica a Tom Boonen
- Séptimo triunfo en la Vuelta y séptimo de la temporada para el maillot verde del Tour
- La etapa del jueves entra en Cantabria, con una llegada para los favoritos del Mundial
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El cántabro Óscar Freire (Rabobank) ganó al sprint la undécima etapa de la Vuelta a España, con meta en Burgos, imponiéndose en los últimos metros al belga Tom Boonen (Quick Step) y al argentino Juan José Haedo (CSC). El triple campeón del mundo consigue así en la misma temporada un triunfo en el Tour y otro en la Vuelta. Es su séptimo triunfo de etapa en sus participaciones en la ronda española.
Freire ha explicado que no le han aparecido las dificultades de ayer para imponerse en el sprint al grueso del pelotón. "Ayer tenía piernas, pero no tuve hueco. Hoy no me ha faltado nada", ha dicho el corredor español, contento por lo que considera "una victoria merecida" por el trabajo del equipo.
La general sigue sin cambios, con Egoi Martínez (Euskaltel) al frente de la clasificación, seguido del estadounidense Levi Leipheimer (Astana), a once segundos y Alberto Contador, a 32. La etapa de mañana llega a Cantabria, la tierra de Óscar Freire, en un recorrido de 186 kilómetros entre Burgos y Suances.
El perfil de la etapa, con tres puertos de dificultad media -uno de cuarta, uno de tercera y otro de segunda- y una llegada complicada, es favorable para los corredores que aspiran al Mundial y que ya han ganado una etapa en la presente edición de la ronda española: Tom Boonen, Óscar Freire, Paolo Bettini y Alejandro Valverde, que podría ganar su última gran etapa si aprovecha el último kilómetro al 5,2 por ciento de desnivel.
Antológico sprint frente a Boonen
"Ha ganado un gran campeón", dijo el italiano Paolo Bettini, sabio en materia de títulos (2 del mundo y 1 olímpico). Y no le faltó razón, ya que el pulso que mantuvo con Boonen fue antológico. A la tercera fue la vencida, se colocó bien y se pegó a Boonen hasta el momento de la gran remontada.
Freire, de 32 años, se retirará este jueves, en Suances, su tierra, con el objetivo cumplido de pescar una etapa. Antes de irse a soñar con el cuarto maillot arco iris, marcó el territorio ante Boonen y el argentino Juan José Haedo (CSC), los que discutieron sin éxito el triunfo al español. El alemán Erik Zabel (Milram) se conformó con la cuarta plaza y Koldo Fernández de Larrea (Euskaltel) se metió entre los grandes: llegó sexto.
Una etapa marcada a fuego por los equipos de los sprinters, que no pueden desaprovechar las opciones con Asturias a la vuelta de la esquina, también por algunos guepardos que debían "mojar" para saldar cuentas y cargarse de moral para el Mundial, caso de los Freire, Bettini y Boonen.
Hasta el duelo a alta velocidad, el mismo guión de siempre. Escapada consentida y luego controlada y caza cerca de la meta. En esta ocasión animaron la etapa el gallego Serafín Martínez (Xacobeo), José Antonio López 'Malagueta' (Andalucía), el "tragamillas" plusmarquista mundial de kilómetros en fuga -lleva unos 1.290, según sus propios cálculos- y el ucraniano Andrey Grivko (Milram).
Una diferencia máxima de cinco minutos en el kilómetro 48 evidenciaba el futuro del proyecto aventurero. Euskaltel, Lampre y Rabobank se pusieron manos a la obra para estabilizar el retraso hasta los 2:35 al pasar por la cima del Puerto de Valmala (tercera), única dificultad de la etapa.
A cinco kilómetros de meta se acabó el sueño del trío animador. Bettini dejó las pocas fuerzas que le quedaban para poner el pelotón en fila india, después sus compañeros del Quick Step montaron el tren para Boonen, de manera que el belga tenia todo a favor para llegar victorioso a Burgos.
Con el sprint loco apareció un tal Oscar Freire, maestro en el arte de buscarse la vida, ingeniero de la colocación y catedrático a la hora se definir. Todo un Cid Campeador al esprint, un campeón que nunca falla, que siempre aparece en el momento oportuno.
Freire firmó con su sello la séptima victoria de etapa en la Vuelta, también la séptima de la temporada. Dos veces ganador de la Milán San Remo y último maillot verde del Tour, el cántabro dejará la Vuelta con el reciente recuerdo de entrar en meta con los brazos en alto. Y ya los tiene preparados para el Mundial de Varese.