El Barça saca petróleo a balón parado
- Márquez adelantó a los culés al rematar un córner
- El 2-1 del Sporting llevó cierto nerviosismo a la grada
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El Barcelona despachó al Sporting de Portugal con dos goles a balón parado, desde el córner y el punto de penalti, y un último tanto de Xavi, ya en los minutos finales; en un ejercicio de supervivencia que le alcanzó para sumar la victoria en su estreno europeo de la temporada.
Aunque aliviado por el resultado, el equipo de Guardiola vive al límite, obligado a sumar para disipar dudas y aumentar su margen de maniobra. Ante el Sporting dio un paso adelante porque rescató los puntos, pero volvió a ofrecer una imagen titubeante; un equipo prometedor, pero falto de remate y contundencia.
Guardiola, por lo demás, volvió a sorprender desde la alineación. Obvió a Sylvinho y recicló a Puyol como lateral izquierdo. Con Keita como ancla en el centro del campo, liberó a Alves, hasta el punto de jugar sin retrovisor, con tres defensas cuando la pelota fue del Barça. El equipo ganó presencia en la medular y pobló los alrededores del balcón del área del Sporting, abonado a la defensa de cuatro.
Con Eto'o desenfocado y Henry más voluntarioso que eficaz, el peligro corrió a cuenta de Messi. El argentino merodeó entre líneas y buscó el cuerpo a cuerpo, el balón siempre pegado al pie. Su equipo parece contagiado, porque prefiere la combinación al pie que los espacios, el toque en corto al disparo.
Y pese a todo, el gol volvió a llegar a balón parado. En un saque de esquina, circunstancia casi insólita en el Barça. Xavi alzó una mano, marcó la jugada, y Márquez leyó la estrategia al detalle. Con el pelotón en el primer palo, el mexicano dio un paso atrás para rematar a la altura del segundo palo, pero lejos del área chica, un impulso seco que agarró a contrapié al portero luso. En época de necesidad, bienvenidos sean los goles desde el córner.
Además de rescatar la estrategia, el gol avaló el papel de los centrales. La jerarquía de Márquez le convierte en un jugador indispensable. A su lado aspira a crecer Piqué, espléndido en la anticipación y en el cruce, impecable en la salida de balón, una de las lecturas más positivas que arrojó el partido.
Pero como es costumbre, el gol relajó al Barça. Le cuesta tanto esfuerzo al equipo abrir el marcador que cuando lo hace, cede terreno y pierde intensidad. El Sporting se estiró, impulsado por la efervescencia de Izmailov en el volante izquierdo. Pero al equipo de Paulo Bento aún le falta cuajo para batirse de tú a tú en el Camp Nou, por más que Tonel retratase las carencias defensivas del Barça y pusiese picante al partido con el 2-1.
Más de un mes sin ver puerta se antoja demasiado para Samuel Eto'o, en blanco desde el partido de ida ante el Wisla de Cracovia (4-0). Sin acierto en el remate, el camerunés se quitó la espina desde el punto de penalti, después de que el francés Duhamel sancionase un leve empujón de Abel al propio delantero.
Para cualquier otro equipo, el partido estaría cerrado. No para el Barça, tan generoso en el despliegue ofensivo como despistado a la hora de defender las faltas laterales. Entre los centímetros de Márquez y Touré se elevó el central Tonel, el pie derecho a la altura de la cabeza de los defensores, para retratar nuevamente al Barça.
Demasiado expuesto a los vaivenes del resultado, el conjunto azulgrana se desnudó tras el gol del Sporting. Demasiado frágil, el equipo de Guardiola es incapaz de gobernar los partidos con la autoridad que se le supone y tirita en cuanto el rival se le acerca.
Tan sólo una irrupción en el área rival de Xavi, decidido a embocar puerta, clausuró el partido. Iniesta colgó suavemente un balón al área y Xavi lo rescató entre los dos centrales, batiendo a Rui Patricio para alivio de su equipo, que alcanzó el pitido final con la lengua fuera y demasiado pendiente de la hora y del marcador.