Ferrer, por la puerta grande con el segundo punto para España
- David Ferrer gana a Andy Roddick por 7-6(5), 2-6, 1-6, 6-4 y 8-6
- El alicantino perdió la concentración en el segundo y el tercer set
- En el otro partido individual, Rafa Nadal gana a Sam Querrey
Enlaces relacionados
En un partido durísimo resuelto en cinco sets después de tres horas y 17 minutos, David Ferrer salió a hombros de Las Ventas tras ganar al número uno del equipo estadounidense, Andy Roddick, por 7-6(5), 2-6, 1-6, 6-4 y 8-6. España consigue el segundo punto de las semifinales y, tras la primera jornada, está a una sola victoria de alcanzar su tercera final de una Copa Davis en los últimos nueve años.
El público, que no llegó a llenar en todo el día los tendidos de Las Ventas, vio el envite de los segundos espadas de la Davis, igualados en bravura, que se terminaron jugando la victoria en un pulso de fortaleza mental que terminó con la salida a hombros del alicantino.
Especialista el de Jávea en tierra batida, cañonero implacable el de Nebraska, el primer set transcurrió muy igualado, como había pasado en el encuentro del mediodía. A los soberbios derechazos de Ferrer, Roddick replicaba arreando mamporros a velocidades que le dejarían de por vida sin los puntos del carnet si los pegara en una carretera -a 233 km/hora le llegó a pegar en dos ocasiones, pero fueron decenas los que superaron los 200-.
En las escasas ocasiones en que ambos consentían un intercambio, se observaba con claridad quién iba a salir ganando de los peloteos, si hubiera ocasión de que se produjeran. Pero entre el saque más potente y el mejor resto del circuito ATP no hubo cesiones hasta el 'tie-break', en el que 'Davidete' -como figura en el cartel de "ferias" de la Davis- aprovechó la única fisura de Roddick para meterse el set en el bolsillo.
Por la misma senda transcurrió el comienzo de la segunda manga. Nada más empezar, Roddick forzó un 'deuce', que Ferrer se encargó de desbaratar dándole a probar al de Omaha de su propia medicina, con un 'ace' y una derecha paralela.
Sin embargo, en el quinto juego, Roddick se puso 0-40 y quebró el saque del tenista de Jávea. Con 4-2 en el marcador, Ferrer tuvo una de las crisis de concentración que le han causado tantos problemas en los últimos dos meses de competición.
En el siguiente servicio, los fallos con su primer saque y la precipitación en los remates terminó conduciendo a una nueva rotura del estadounidense, que se limitó a cumplir para llevarse el parcial por 6-2.
Mal tercer set
No logró recuperarse Ferrer en el comienzo del tercer set, sino todo lo contrario. Presionado por sus propios errores, sólo acertó a ganar el primer juego del parcial. A partir de ahí, una tempranera rotura puso el parcial cuesta arriba y de nuevo inalcanzable en el siguiente saque, que volvió a perder el español a causa de sus errores.
El alicantino se estrellaba contra la red, buscaba las líneas con tanto desacierto como insistencia y, entre juego y juego, se desesperaba cambiando una y otra vez de raqueta.
Permitió así que Roddick se sintiera realizado con su juego de saque y volea, como si estuviera en su casa, embolsándose el tercer set en tan sólo 23 minutos.
En el cuarto, se volvieron las tornas y apareció 'Ferru' en su versión doctor Jekyll. Logró romper el servicio del norteamericano y resucitó tanto su propio ánimo como el del público, recrecido al ritmo del 'matador' español.
Ferrer recuperó la intensidad de su resto y conseguía pasar las subidas a la red del número uno del equipo estadounidense, que perdía efectividad en el primer saque, aunque seguía golpeando en sus segundos a 180 kilómetros por hora.
A pesar de la pasión en la plaza, la batalla entre los tenistas se libraba en el reducido espacio de la mente de Ferrer, que tuvo que armarse de paciencia para embridar su ansiedad y a la vez para mantener el ímpetu.
Por eso, el capitán español, Sánchez Vicario, se dedicó a masajear con mimo el amor propio de su jugador, encaminado a resolver el segundo punto de la semifinal en el quinto set. Cuando el alicantino consiguió empatar a dos el duelo, puso de pie a todas Las Ventas, incluido el príncipe Felipe y el presidente de la Federación Española de Tenis, Pedro Muñoz.
Larga quinta manga
La manga definitiva aupó al diestro Ferrer a hombros de los casi 20.000 aficionados de Las Ventas. Cada uno empleando sus armas, fue el actual número cinco del mundo el que dio con la tecla en el tercer juego, cuando logró pasar por las subidas de un Roddick que humillaba la cabeza bajo su visera.
Con todo, el americano se revolvió y, cuando apuntaba querencia a las tablas, sacó fuerzas para devolver la rotura del español a la siguiente oportunidad. Vuelta a la agonía, David Ferrer encadenaba errores desesperantes con golpes larguísimos.
El partido volvió a los cauces del primer set, y tras unos puntos muy sufridos, se alcanzó el 6-6, punto en el que un 'break' sería definitivo.
Y ahí fue cuando Ferrer apretó los dientes, y aguantó contra viento y marea los gritos apenas contenidos del público, una extraña decisión arbitral que dio alas a Roddick en el último juego, y aún consiguió un 'ace' -su noveno en el partido, por 22 del estadounidense- que le dio un punto de partido que no desaprovechó y abrió la puerta grande de Las Ventas, más cerca del billete para la sexta presencia española en una final de la Copa Davis.