Hamilton, contra sí mismo en Interlagos
- El inglés, con siete puntos de ventaja sobre Massa, es favorito al título mundial
- Fernando Alonso, que no oculta sus preferencias hacia Massa, puede ser juez
El británico Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes) y el brasileño Felipe Massa (Ferrari) se juegan el título este fin de semana en el Gran Premio de Brasil, última prueba del Mundial de Fórmula 1, donde el español Fernando Alonso (Renault) tratará de seguir en la línea de las últimas semanas.
El inglés cuenta con siete puntos de ventaja sobre el carioca y llega al trazado de Interlagos como favorito aunque presionado por los errores que el pasado año le costaron el título, que se llevó el finlandés Kimi Raikkonen.
Hace poco más de un año, Hamilton, que soñaba con convertirse en el primer debutante en conquistar el cetro, cometió un tremendo fallo en la salida y se quedó sin premio ya que su séptima plaza resultó insuficiente.
El inglés llegó al trazado carioca con cuatro puntos de renta sobre su entonces compañero Fernando Alonso y siete sobre Raikkonen y finalmente, los errores en el seno de las 'flechas plateadas' permitieron al finlandés, que subió a lo más alto del podio, llevarse la corona.
En esta ocasión, Hamilton asegura tener la lección aprendida y no arriesgará en exceso por el triunfo, consciente de que con una quinta plaza puede convertirse en el piloto más joven en alzar el título, arrebatando tal honor a Alonso, independientemente de la posición de Massa.
El pupilo de Ron Dennis, que tratará de rendir lo mejor posible en la calificación para salir de una posición privilegiada, también sería campeón siempre que Massa no termine en las dos primeras posiciones y con una sexta o séptima plaza en el caso de que el brasileño no gane.
Para el de Ferrari, las opciones de título pasan por su triunfo y que Hamilton acabe sexto o en una posición inferior. En el caso de que el inglés fuera sexto, empatarían a 97 puntos, pero Massa contaría con una victoria más. También podría llevarse el título con una segunda plaza siempre que Hamilton quede octavo o fuera de los puntos.
De todos modos, Massa, que fue segundo el pasado año, confía en que su afición le dé aliento y le permita luchar por el triunfo aunque en las últimas cuatro carreras no ha tenido fortuna y sólo subió al podio en Shanghai.
Hamilton, por su parte, llega avalado por su victoria en China, pero con el motor de su McLaren cumpliendo su segunda carrera y la siempre amenazante rotura, todo lo contrario que su rival, que aún sueña con devolver el título a un país que no lo saborea desde el doblete del mítico Ayrton Senna en 1990 y 1991.
Alonso, a rematar su año más complicado
Por otra parte, el bicampeón del mundo confía en cerrar el año con un buen resultado, a ser posible un podio, en uno de sus trazados talismán donde conquistó sus dos cetros mundiales en 2005 y 2006.
Tras sorprender con sus victorias consecutivas en Singapur y Japón, Alonso refrendó la resurrección de su 'R28' con una cuarta posición en China por lo que ansía cerrar el año de su retorno a Renault con otro podio.
El asturiano ha firmado cuatro cuartas plazas y dos victorias en las siete últimas carreras, con la única excepción del fiasco en Valencia, donde fue arrollado por Nakajima, lo que le ha permitido asegurar la cuarta plaza de su equipo en Constructores.
Con ese pequeño objetivo ya cumplido, el ovetense querrá poner un buen broche a un año muy complicado en el que poco a poco ha ido reencontrándose con los resultados, lo que hace pensar que el año que viene seguirá en la marca del rombo.
Del resto de la parrilla, el polaco Robert Kubica (BMW-Sauber) querrá asegurar su tercera plaza final en el Mundial de pilotos por la que pugna con el campeón del mundo de 2007, Kimi Raikkonen (Ferrari).
Mientras que el joven Nelsinho Piquet (Renault) intentará ofrecer una buena imagen ante su afición y demostrar a Flavio Briatore que puede seguir como piloto titular después de una irregular campaña con sólo un podio, conquistado en Alemania, lo que hace pensar que la escudería francesa podría sustituirle por Romain Grosjean.