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Dos años sin Paquito

  • Se cumple el segundo aniversario de la muerte de Francisco Fernández Ochoa
  • Fue el primero en conseguir una medalla de oro individual para el deporte español

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Segundo aniversario de la muerte de Paquito

El 6 de noviembre de 2006, a los 56 años, moría Francisco Fernández Ochoa, víctima de un cáncer linfático que le habían diagnosticado meses atrás. El mundo del deporte lloró su pérdida como pocas. No era para menos. Se había ido uno de los grandes deportistas españoles, alguien que por méritos propios había alcanzado la condición de leyenda.

Paquito, como era conocido por todos, consiguió algo que no se había logrado antes, y que aún nadie, 36 años después, ha conseguido.

Corría el año 1972 y la ciudad japonesa de Sapporo albergaba los Juegos Olímpicos de invierno. Hasta allí llegó un joven esquiador procedente de España, un país eminentemente de secano, estancado en una dictadura senil y desconocido por completo para cualquier amante de los deportes de nieve. Aún cuesta creer cómo un muchacho criado deportivamente en la Sierra de Guadarrama, en su diminuta estación del Puerto de Navacerrada, pudiese ganar a avezados esquiadores curtidos en las cumbres alpinas o nórdicas.

La de Sapporo era su segunda participación olímpica, tras los Juegos de Grenoble. Competía en dos pruebas: el eslalon gigante y el especial. Fue esta segunda, el especial, la que le deparó la gloria. Ganó la primera manga, e hizo el segundo mejor tiempo en la manga final, con una renta suficiente para adjudicarse la medalla de oro por delante de Gustavo Thoeni, uno de los mejores esquiadores italianos de todos los tiempos.

Paquito había conseguido lo imposible. La primera medalla de oro olímpica individual para el deporte español, y además sobre la nieve. Hasta entonces, el raquítico palmarés patrio se reducía a otros dos oros olímpicos, uno en pelota vasca en 1900 y otro en hípica en 1928.

Desde entonces, han pasado más de siete lustros y el deporte español ha evolucionado hasta el punto de que no es exagerado asegurar que España es una de las grandes potencias deportivas del mundo. Han llegado muchos triunfos en diferentes disciplinas, pero el esquí sólo ha vuelto a dar otra medalla olímpica, la de bronce conseguida por su hermana Blanca Fernández Ochoa en los Juegos de Albertville, en 1992.

En un capítulo aparte queda el alemán nacionalizado español Johann Müehlegg, cuyas medallas de oro conseguidas en Salt Lake City, después retiradas por dopaje, se convirtieron en motivo de vergüenza.

Paquito Fernández Ochoa representó como nadie todos los valores que encarna el deporte, que quizá puedan resumirse en uno solo: coraje. En un país que luchaba por zafarse de un subdesarrollo secular, se convirtió en uno de sus grandes pioneros deportivos, junto a nombres como Manolo Santana, Ángel Nieto o Federico Martín Bahamontes. Dos años después de su muerte, el mundo del deporte sigue echándole de menos.