El Real Madrid alimenta su ego
- Los blancos logran la victoria en la cancha del CSKA de Moscú, vigente campeón (78-82)
- Los de Plaza, con Reyes y Bullock estelares, están a un paso de entrar en el Top-16
El Real Madrid consiguió en Moscú (78-82) una victoria mayúscula ante el CSKA y lo hizo gracias a un último cuarto sensacional en el que el acierto desde el perímetro de Louis Bullock más la defensa zonal planificada por Joan Plaza permitieron una victoria que aclara el horizonte blanco y les deja muy cerca de clasificarse para el 'Top-16'.
El conjunto merengue, y más en concreto Plaza, se quitaron una losa que llevaban en su espalda desde el comienzo de la temporada. Habiendo enderezado a medias el rumbo en la competición casera, necesitaban una victoria de las que hace crecer a un equipo y no hubo mejor escenario que el Universal Sports Hall, la cancha del vigente campeón de la competición.
El entrenador madridista preparó a conciencia el último cuarto en el que los moscovitas se quedaron sin opciones. Un equipo muy espeso que dejó escapar la ventaja que había guardado durante el resto del encuentro. Ahí, en la confusión local, apareció Bullock -en el banco desde el segundo cuarto por las faltas- para 'enchufar' dos triples de los que valen un partido.
El escolta estadounidense es protagonista incluso cuando no se lo propone. 'Sweet Lou' puso la guinda, pero antes otro lanzamiento triple del croata Marko Tomas dio a los blancos la igualada (67-67, min.35) y uno de Mumbrú, de casi ocho metros, otorgó la primera ventaja importante para el Real Madrid.
Zisis inquietó los últimos minutos con otra 'bomba' desde los 6,25, pero no fue nada que no pudiera suturar Bullock. El Madrid venció con grandeza. No estuvo Smodis, lesionado en su tobillo, ni tampoco Siskauskas, pero regresó Holden, de ingrato recuerdo para la afición española por su canasta en la final del Eurobasket.
El conjunto de Plaza sorprendió con momentos excelentes, superando incluso en el marcador a su rival (41-42, min.19), pero con otros no tan buenos, que le condicionaron a ir a remolque del vigente campeón continental. Los rebotes defensivos y, sobre todo, la facilidad para anotar de su rival fue un caro peaje para los blancos.
Así ocurrió en los dos primeros actos, en los que Mumbrú y Reyes por dos ocasiones, tuvieron que exprimirse a fondo para meter a los merengues en el envite. Un triple del alero catalán fue vital para impedir la marcha de los de Messina al comienzo del segundo cuarto, y el pívot cordobés -en la línea de estas dos últimas temporadas- recibió hasta 11 faltas en contra.
Unas idas y venidas que son hasta normales cuando el rival que está enfrente es el segundo más laureado en la historia del viejo continente, sólo por detrás del Real Madrid, que recobró su identidad para quedarse a un pequeño paso de estar, un año más, entre los 16 mejores equipos de Europa.