Nadal mantiene el tipo y cambia de imagen

Nadal comienza el año ganando

Lo único que ha cambiado en Rafa Nadal en el comienzo de la temporada 2009 ha sido el vestuario. La imagen de tenista maduro, superando al bravo joven 'pirata', que había prometido la marca deportiva que le viste coincidiendo con el pasado Abierto de Estados Unidos, hizo su aparición en sociedad ante Nikolai Davydenko en las semifinales del torneo de exhibición que el top-ten disputa en Abu Dhabi [Narración].

La camiseta sin mangas y el pantalón pirata han dado paso a un polo más conservador, blanco y amarillo con una franja azul en el pecho, a juego con las habituales cinta y muñequeras del manacorí. Un sobrio pantalón blanco por encima de la rodilla completa la nueva indumentaria del campeón, que representa la madurez del tenista, y que ya sólo se había retrasado para ajustar a las características del tejido al cuerpo del tenista [Fotos].

Es lo único que ha cambiado, porque, en lo demás, en lo deportivo, Nadal sigue demostrando ser un pura sangre al que, si le respetan las lesiones que le apartaron en el tramo final de la larga temporada pasada, será muy difícil desbancar de su trono de número uno del tenis mundial.

Sesenta y tres días después de despedir la temporada pasada aquejado de una tendinitis en la rodilla derecha que le hizo padecer en los últimos encuentros, Nadal regresó victorioso a las pistas derrotando a Nikolay Davydenko (6-2, 6-3), ante el que perdió su último partido oficial en el Masters Series de París.

Tardó un par de juegos en meterse en el partido, lo que aprovechó el número cinco mundial para tomar ventaja. Pero a partir de ahí, despertó la fiera y Nadal endosó siete juegos consecutivos a su rival, demostrando que el parón no ha hecho mella en sus cualidades: excelente tono físico para correr por toda la pista, variedad de recursos en los golpes -también en el saque- y una poderosa presencia que mina a sus rivales.

Incluso, el número uno del mundo regaló al público de la 'pachanga' organizada por los jeques del emirato algunos puntos majestuosos, respondiendo de forma inverosímil a los mejores golpes de Davydenko.

Primera final del año, ante Murray

El sábado tendrá Nadal una nueva oportunidad para resarcirse frente a uno de sus escasos verdugos del año pasado, el escocés Andy Murray, quien no dio oportunidad de revancha en la otra semifinal a un Roger Federer con pundonor, pero algo frío por momentos, al que derrotó en el 'tie-break' del tercer set (4-6, 6-2 y 7-6(6)).

Es cierto que estos partidos, a una semana de que empiece el primer torneo oficial de la temporada, en Doha, son poco útiles para elaborar predicciones. Todo lo más, demostró la continuidad del momento en que ambos tenistas acabaron el año pasado, en la última ocasión en la que coincidieron, en la Copa Masters de Shanghái: un Murray aupado al número cuatro del mundo, pujando por hacerse un hueco entre los más grandes, y un Federer repleto de clase, pero aún algo reservado e irregular.

Así, Murray amargó el fin de fiesta previsto por los organizadores entre Nadal y Federer para sacar su propia plaza en un partido con alternativas y muy emocionante al final.

El escocés, que en la ronda previa había derrotado al estadounidense James Blake, se mostró más sólido y regular a un Federer que tuvo el partido a favor, reaccionó con casta y clase cuando lo vio perdido y al final se vio derrotado por dos errores.

El suizo, apoyado desde la grada por su novia y muchos seguidores, dominó la primera manga por 4-6 y en la segunda fue arrasado por Murray, que dominó también el arranque del tercer set. Pero cuando tenía un marcador de 4-1 a su favor malogró dos ventajas. Despertó el gran Federer, y en el desempate, que parecía llevarse Murray con claridad, salvó tres bolas de partido, aunque sucumbió al final.