La polémica gestión de Ramón Calderón
- Una posible manipulación del voto por correo, fue protagonista en sus primeras elecciones
- Los fichajes prometidos en la campaña electoral no llegaron nunca, salvo Capello y Robben
- Se le acusó de utilizar la tarjeta del club para sus gastos personales
Ramón Calderón comenzó su andadura como presidente del club blanco con polémica, aunque fue elegido por los socios, el voto por correo fue el protagonista. Calderón solicitó que se anulara ante la posible manipulación por parte de otras candidaturas y la juez le dio la razón.
Ya antes, durante la campaña electoral, prometió una lista de fichajes encabezada por Kaká, Cristiano Ronaldo, Cesc Fabregas y Arjen Robben, de los cuales solo el último llegó al club, lo cual ha creado un gran malestar entre la afición del club. Especialmente, con el caso de Cristiano Ronaldo, cuyo posible fichaje se convirtió en un todo un 'culebrón' el pasado verano.
A estos fichajes fallidos haría que sumar los casos de Santi Cazorla y David Villa; jugadores que parecieron estar en la órbita del Real Madrid durante unas horas, para finalmente renovar con sus respectivos clubes.
Más recientemente, la llegada de dos futbolistas, Lassana Diarra y Huntelaar, para reforzar al equipo en la Liga y en la Liga de Campeones, dejó al descubierto la falta de previsión del club, ya que ambos jugadores ya habían participado esta temporada en otra competición de la UEFA, por lo que el equipo sólo podía inscribir a uno de los dos.
Si la gestión de la plantilla ha sido objeto de duras críticas, no menos ha recibido su gestión administrativa.
Desde algunos medios se le vinculó a la empresa «Il Conseglieri», que se encargaba de la venta de las entradas VIP del Bernabéu a precios desorbitados. Más tarde se le acusó de utilizar la tarjeta del club para sus gastos personales, con la que se decía que pagaba partidos de golf, masajes y hasta el veterinario.
La asamblea del 7 de diciembre fue el principio del fin de su mandato. Las revelaciones de "Marca" en enero sobre la infiltración falsos compromisarios, le dieron la puntilla.
Calderón defendió su inocencia y juró el 14 de enero por su "honor" y el de sus directivos que ninguno de ellos había tenido que ver con la inclusión de personas no autorizadas en la asamblea. Sin embago, ha sido la gota que ha colmado el vaso.