Una familia kuwaití ofrece 500 millones de euros por el Liverpool

• Los acaudalados Al-Kharafi se muestran interesados por el club
• Los propietarios del equipo de Anfield se encuentran en apuros económicos

Los propietarios del Liverpool, George Gillett y Tom Hicks.

El Liverpool mantiene conversaciones secretas con una de las familias más ricas de Kuwait con vistas a la venta del club, tal y como afirma el periódico británico "The Independent".

El periódico cree que la familia Al-Kharafi podría invertir 500 millones de libras (530 millones de euros) en la compra del club inglés. Aunque no está claro si los colaboradores de Hicks han celebrado conversaciones directas con la citada familia , todo parece apuntar a una posible venta.

Los Al-Kharafi tienen una fortuna colectiva de unos 8.000 millones de libras (unos 8.480 millones de euros) gracias a sus negocios en los sectores de construcción, ingeniería y telecomunicaciones.

El miembro más significativo de esa familia involucrado en la eventual compra del Liverpool es, según el periódico, Rafed Al-Kharafi, sobrino del patriarca, Nasser, a quien ya se relacionó el año pasado con una posible compra del Newcastle.

Los actuales propietarios del Liverpool, los estadounidenses Tom Hicks y George Gillett, que están enfrentados, buscan a un comprador para el club. El Liverpool, tiene actualmente un crédito puente de 350 millones de libras que ha sido ampliado en seis meses, pero hay dudas de que pueda aplazarse por más tiempo su devolución dada la crisis en que están sumidos los dos bancos que los concedieron: el Royal Bank of Scotland y el Wachovia.

Compra parcial si no prospera la adquisición total

El director de finanzas del Liverpool, Philip Nash, y el director comercial, Ian Ayre, han estado esta semana en Kuwait, buscando financiación para la construcción de un nuevo estadio.

Si no prospera la compra por la totalidad del club, otra posibilidad sería que la familia Al-Kharafi comprase el 50 por ciento que tiene George Gillett, que se siente frustrado por la pelea actual en torno al contrato del técnico, Rafael Benítez.

Hicks y Gillett admitieron hace algunas semanas que no tenían capital para construir el nuevo estadio y que Benítez se ve obligado a vender a jugadores antes de poder fichar a otros nuevos.