Oliveira y Sergio García rompen el gafe
- El Betis se lleva el triunfo del Pizjuán y se gana el respeto de su eterno rival
- Todos los datos del partido (1-2)
El Real Betis Balompié puso punto y final a la racha de 13 años sin conseguir la victoria ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán gracias a los goles del recién fichado Oliveira y del internacional español Sergio García, que sirvieron para tumbar a su eterno rival cuando peor llegaban a la cita [Narración y estadísticas].
Los unos estaban extasiados por su triunfo copero ante el Athletic, y los otros 'tocados' por haber sumado sólo cinco de los últimos 27 puntos, pero el 'efecto Oliveira' ejerció como tal para los de Chaparro, que cuajaron una notable segunda mitad, justo tras la expulsión del local Duscher.
Con la doble amonestación del argentino, los béticos se vinieron arriba y es que sólo un minuto después de la salida del centrocampista, el Betis se adelantó con un gol de Sergio García. Melli se inventó un pase de 60 metros que murió al borde del área, donde apareció el delantero, ex del Zaragoza, para tocar levemente y establecer la ventaja.
Sergio García, que el año pasado compartió puesto con Oliveira en el conjunto maño, lo tuvo de nuevo a su lado. El brasileño -nacido para jugar en el Betis- fue el talismán. Todas las cámaras le miraban a él e incluso recibió doble marcaje del bando sevillista.
Pero todo esto le dio igual al carioca porque se encargó de hacer el segundo, el de la tranquilidad cuando el partido tocaba su fin. Oliveira batió por bajo a Palop y Chaparro levantó los brazos desde el banquillo, sabedor de que se asegura el cargo durante, al menos, un par de semanas.
El Sevilla sufre para hacer gol
El Sevilla, que acabó haciendo el tanto de la honra por mediación de su mejor futbolista, el malí Frederic Kanouté (min.92), sufre y mucho para ver portería. Además, tuvo que franquear a un enorme Emaná. El centrocampista africano es un 'todoterreno' y amargó la creación local en la medular.
A partir de ahí, los balones llegaban con cuentagotas a los pies de Kanouté, que hacía más de lo que podía. El fútbol de bandas que tan famoso hizo el Sevilla brilló por su ausencia y Ricardo, que acumula un par de semanas de excepción, desbarató las más peligrosas que llegaron a su meta.
Así, el Betis aprovechó las carencias de su eterno rival para hacer gol, además de las dificultades que tiene en su propio estadio, pero, sobre todo, aprovechó para ganarse el respeto perdido durante este último lustro, donde el vendaval sevillista ha podido con todo.