Scolari, una nueva víctima de Abramovich
- Abramovich no ha tenido paciencia con su fichaje, como le pasó con Mourinho y Grant
- "Big Phillip" se lamenta de que el club no le ayudara a rejuvenecer la plantilla
- Le achacan no haber sabido trasladar sus éxitos con Brasil y Portugal al día a día de un club
Al poco de comunicarse su despido, Luiz Felipe Scolari, ex técnico del Chelsea, envió un mensaje de despedida a través de su representante. "Estoy agradecido por la oportunidad de haber trabajado para el Chelsea y el fútbol inglés", dijo. "Ha sido una experiencia muy valiosa. Siento que no haya podido ser más duradera. Deseo suerte al Chelsea en las tres competiciones en las que está participando".
Mensaje con intenciones, pero a pesar de estar vivo en las tres competiciones, el club que preside Roman Abramovich ha decidido dar el paso y abrir una nueva etapa con una cara nueva en el banquillo "con el fin de mantener la lucha por los títulos por los que estamos compitiendo". La búsqueda por un relevo ya ha comenzado y el club pretende anunciarlo "lo antes posible".
Ahora, con Ray Wilkins, su segundo, a cargo de forma temporal de los "blues", los rotativos británicos empiezan a lanzar opciones varias para suceder a "Felipao" y suenan ya candidatos posibles para dirigir al equipo. Entre ellos, el del ex del Barcelona, Frank Rijkaard, o el seleccionador ruso, el también holandés Guus Hiddink, parten como favoritos.
La gota que colmó la paciencia de Abramovich
Tras el portugués José Mourinho y el israelí Avram Grant, el brasileño Luiz Felipe Scolari se ha convertido este lunes en el tercer técnico que ve rodar su cabeza con la implacable soga del multimillonario dueño del Chelsea, el ruso Roman Abramovich.
La decisión ha sido fulminante y ha cobrado "efecto inmediato", según informó mediante un comunicado emitido en su web la entidad de Stamford Bridge, alarmada ante la precariedad que tomaba la situación del once de Londres, cuarto en la tabla general, y separado ya por 7 peligrosos puntos del líder Manchester United.
Scolari era un fichaje ganador. Envuelto en enormes expectativas, recaló en Stamford Bridge esta temporada para rematar lo que no pudo conseguir el israelí Avram Grant, al quedarse aquel a las puertas de la Liga y de la Liga de Campeones.
Al igual que el idilio de Abramovich y Mourinho llegó a su final, y como ocurriera el pasado año con Grant, con el que el ruso tampoco tuvo ninguna piedad, el brasileño tampoco ha gozado de la más mínima compasión.
Pasado el ecuador de la exigente Premier, los "blues" no terminan de convencer. Ni siquiera sorprendió el último empate sin goles ante el Hull City, un rival peleón pero sin la experiencia del Chelsea en la división de honor.
La forma del equipo en las últimas semanas ha sido floja, demasiado para lo que puede soportar Abramovich, un hombre que no se destaca precisamente por su paciencia.
"No se ha adaptado al día a día de un club"
La fulminante marcha de "Big Phil" o "Felipao", el hombre que llevó a la selección de Brasil a la gloria en el Mundial del 2002, a los siete meses de asumir su compromiso con Stamford Bridge, ha dejado "en shock" a su colega en el Manchester United, el escocés Alex Ferguson. El mismo shock en el que probablemente estará sumido Scolari, que dice que contaba con el apoyo de los jugadores. Pero un club del tamaño del Chelsea no puede permitirse perder posiciones y ser adelantado por un Aston Villa.
El que fuera entrenador del Chelsea, John Hollins, achacaba la destitución de Scolari a que el técnico carioca no había sabido "adaptarse" al día a día que implica entrenar un club.
Hollins, que entrenó al Chelsea entre 1985 y 1988 y que también jugó como centrocampista para los "Blues" señalaba que aunque Scolari "no se le pueden negar sus méritos por lo que ha hecho a nivel internacional", el brasileño había tenido problemas para adaptarse al "día a día" de lo que supone entrenar un club.
Además, Scolari nunca había dirigido un equipo que compitiera en Europa y lo cierto es que se hizo una reputación a nivel internacional siempre con plantillas que tenían abundancia de talento.
Triunfos con jugadores de gran talento
Su formación ganadora del Mundial del 2002 incluía a figuras de la talla de Ronaldo, Rivaldo o Ronaldinho, todos ellos en su mejor momento. Difícil torcer las cosas con "cracks" de esa altura.
Sus seis años al frente del combinado portugués coincidió, también, con un momento en el que el país iba sobrado de talento futbolístico, con la mejor defensa del mundo y con el mejor jugador en Cristiano Ronaldo, militante del Manchester United.
Parece que el técnico se lamenta ahora de que la directiva no hubiera hecho todo lo posible para ayudarle a "rejuvenecer" la escuadra y de que no hubieran puesto más empeño en asegurarse el fichaje del ex madridista Robinho, un compatriota al que finalmente fichó el Manchester City.