El Tau se adjudica su sexta Copa en la prórroga
- Los de Ivanovic se adjudican el título tras derrotar al Unicaja por 100-98
- Mirza Teletovic, nombrado mejor jugador de la competición, anotó 20 puntos
- Haislip fue el mejor de los malagueños con 23 puntos
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Tras cuarenta minutos y una prórroga en el que ninguno de los dos equipos pudo despegarse de su contrincante, el Baskonia se adjudicó su sexta Copa del Rey de Baloncesto. Lo consiguió, después de sudar tinta china para derrotar al Unicaja por 100 a 98. Un partidazo redondo, que hizo honor a la reputación dorada de esta competición [Narración y estadísticas].
El partido tuvo un ritmo vertiginoso. Tau y Unicaja estuvieron a su máximo nivel, apoyados en todo momento por sus infatigables aficiones. El encuentro fue increíble, digno del mejor guión de una película de suspense. Y no se decidió hasta la última jugada, en la que a Archibald se le hizo diminuto el aro y fue incapaz de lanzar.
Estábamos en una final y se notaba. La mentalidad de los dos conjuntos, el ambiente ensordecedor en el pabellón, la concentración de los jugadores, el disputar cada balón como si fuera el último. Todo contribuía a enfatizar la trascendencia del partido.
Empezó golpeando el Unicaja de Málaga, que salió a la cancha con Carlos Cabezas de base. El ex junior de oro electrizó a su equipo, que en tres minutos había marcado un parcial de 11-3. La intensidad defensiva de Archibald y la efectividad de Haislip obligaron a Ivanovic a pedir un tiempo muerto.
Rakocevic, desaparecido, quedaba sentado en el banco y, como en el día del Pamesa, el capitán del Baskonia Sergi Vidal salía para arreglar la situación. El Baskonia devolvió el golpe y en un abrir y cerrar de ojos igualaba el electrónico, aupado por un gran Mickeal.
El segundo cuarto (44-43) comenzó con Rako sentado. Pero a este Baskonia le sobran recursos, especialmente si provienen de los Balcanes. A falta del serbio, fue el bosnio Teletovic, quien convirtió cuatro triples en el periodo y tiró de los suyos.
Pero bajo los aros, el Unicaja tenía más dinamita con Marcus Haislip, al que la afición malagueña ya coreaba con griotos de "MVP" , y el canadiense Archibald, que se hartaba de poner tapones en defensa, y palmear balones y convertir ganchitos en ataque.
La primera parte terminó con una buena noticia para el TAU. Rako, que entró a falta de cinco minutos para el descanso, estrenó su casillero. El que seguía desparecido era Splitter, que se fue a los vestuarios sin encestar ningún punto, acongojado por las torres malagueñas.
- La final empieza de cero tras el descanso
La calma chicha se apoderó del tercer cuarto (57-60). Ambos rivales empezaron a medir más sus canastas y pensar en el arreón final del último perido, cuando llegaría la hora de los valientes.
N'Dong acrecentaba su cruzada contra Splitter, al que llegó a desquiciar. Pero los problemas del brasileño eran enmendados por lo de su capitán Sergi Vidal, un recuperado Rakocevic y un imprescindible Teletovic.
El cuarto se cerró con un mate del base del Unicaja Cook que electrizó a la afición del Unicaja, que vio cómo uno de los más bajo de sus jugadores destrozaba con insolencia el aro vitoriano. Al grito de "sí podemos, sí podemos", la hinchada malagueña mantenía su fe en la victoria.
Los dos equipos se lanzaron a degüello en el último cuarto (87-87). El escocés Archibald, el más completo de su equipo, sólo necesitó cinco segundos para colgarse del aro, seguido de una canasta de dos de Haislip.
Contraatacó el Baskonia con un dos más uno de su capitán. El toma y daca se sucedía a un ritmo frenético, vertiginoso. Los jugadores no se movían ni por talento, ni por concentración, sino por instinto animal. La vesania por la victoria, espoleada por el rugir ancestral de las aficiones movía a ambos equipos hacia el mismo objetivo, el único concebible: la victoria.
Gomis se destapa en el último cuarto
Y entonces despertaron los ausentes. Ambos equipos estaban jugando al ciento por ciento y necesitaban de todas sus fichas para continuar con la lucha a cara de perro. Splitter volvió de su letargo y Gomis, un base francés que había tenido poco protagonsimo durante la competición, se destapó, encestando diez puntos en el último cuarto.
A falta de dos minutos el Palacio de los Deportes estallaba. Haislip le colocaba una chapa a Mickeal y parecía decirle: "Pete, si quieres ganar esta final, tendrás que pasar por encima de mi cadáver".
A falta de un minuto, el TAU iba por delante 81-85, merced a una canasta de Splitter. Pero Gomis quería su cuota de protagonismo y encestó dos canastas consecutivas, haciendo enloquecer a sus seguidores. El marcador estaba empatado a 85, pero Rakocevic provocó una falta personal y encestó sus dos tiros.
87-85, las cosas parecían claras para el Baskonia, que volvía a la línea de tiros con Sergi Vidal. Incomprensiblemente, el capitán yerró sus dos lanzamientos y Gomis recuperó la pelota y se fabricó él solito un dos más uno. Las gradas malagueñas repetían el "sí se puede", el eco alimentaba su fe en la derrota del todopoderoso Baskonia, pero el francés tampoco fue capaz de convertir su adicional. Nos íbamos a la prórroga.
- Mickeal, decisivo en el tiempo adicional
La prórroga fue un calco del resto del partido. El Baskonia ligeramente por delante, con un Unicaja pegado a su espalda cual lapa. No se podía pedir más emoción. A falta de treinta segundos Haislip anotaba un triple que empataba el marcador a 98. Pete Mickeal, el mejor de la prórroga, se la devolvía con una canasta a la remanguillé y le contestaba: "Sí Haislip, voy a paasr por encima de tu cadáver".
La última posesión, con 100-98 para el TAU en el marcador, fue del Unicaja. Los malagueños movieron bien el balón, pero el escoc és Archibald, dentro de la pintura, no se atrevió a tirar y le hizo un inocente pase a Berni, que consumió el último segundo sin lograr encestar.