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Hopkins, un veterano con un nuevo récord

  • El pívot del Bruesa se estrena como máximo anotador en activo de la liga ACB
  • Pese a sus 36 años, Bernard sigue jugando al máximo nivel

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Bruesa GBC 82 - 81 Unicaja

El nombre de Bernard Hopkins quedará escrito en letras doradas en la historia de la ACB. Pero este jugador de Baltimore, nacionalizado español, aún no está para homenajes. El ala-pívot del Bruesa se convirtó antes del parón copero en el máximo anotador en activo de la Liga con 5.681 puntos, adelantando a José Antonio Paraíso (5.680) en la clasificación, en la que también figuran jugadores como Juan Carlos Navarro (4.916) o Felipe Reyes (4.528).

Esta semana Hopkins estrena su corona de máximo anotador. A sus 36 años sigue jugando en la alta competición y esta temporada promedia cerca de nueve puntos por partido. "Me cuido mucho", afirma el veterano jugador. "Soy un trabajador del basket. No tendré 25 años pero cuando tenía esa edad ya entrenaba duro y ahora lo noto. Mi cuerpo es importante para mí, ya que si no lo tuviera bien no podría jugar."

Bernard, que mide 2 metros justos, lleva más de una década en España. Cruzó el "Gran Charco" para ir a jugar al Gran canaria en la temporada 97/98. Sus números a su llegada fueron de escándalo. En su estreno con el Gran Canaria ya anotó 24 puntos con un 10/11 en tiro y, a las tres semanas, asombraba a todo el país con una descomunal cifra de 56 de valoración ante la "Penya".

El Pamesa se fijó en él y lo fichó a la siguiente temporada. El norteamericano pasaría cinco inolvidables años en Valencia que coincidieron con el apogeo del club levantino, con el que conquistó la Copa ULEB  y alcanzó un subcampeonato de ACB en 2003.

"Pamesa es mi segunda casa. Mi corazón se quedó allí de tantos años que estuve. Me encantaron. Mi propio hijo es valenciano. Había muy buenos jugadores y recuerdo con gran cariño a algunos como Nacho Rodilla o Víctor Luengo".

Tras pasar por el Tenerife y el Valladolid, en 2007 fichó por el Bruesa. Pese a ser un jugador consagrado, Hopkins aceptó el hecho de tener que jugar en liga LEB y contribuyó al ascenso de su equipo.

"Siempre estuve en la máxima categoría. Fue bastante difícil, el juego de la ACB se adapta más a mis características. Me lo tomé como año de transición, en el sentido de que era necesario para volver a la ACB de la mano del equipo. Estaba mentalizado con el ascenso".

El balonceto es su vida y cuando acabe su carrera le gustaría seguir vinculado a este mundo. "Cuando acabe me gustaría ser entrenador y enseñar a niños de todas las edades: de 10, de 16.. No sé si también daría el paso a nivel profesional, tal vez sí en algún momento, pero ignoro cuándo".

  • Un veterano que todavía da mucha guerra

Pese a su avanzada edad, Hopkins sigue dando minutos importantes a su equipo. En la jornada 15, el pasado mes de diciembre, el nacionalizado español dio una lección ante el Unicaja y salió a hombros del Illumbe. Hopkins forzó la prórroga con un 2+1 y le brindó a su equipo la victoria merced a un triple.

El ala-pívot aún no ha puesto fecha a su retirada, "me quedan un par de campañas como mínimo y quién sabe si una más. Seguras dos, tres será el máximo". Quién sabe, quizá Hopkins también se proponga batir el récord de jugador más longevo de la ACB.