No ganamos para raquetas
- David Ferrer, Roger Federer y Kristof Vliegen han querido emular a McEnroe
La raqueta, ésa incomprendida. La herramienta de trabajo de los tenistas es también blanco de sus iras cuando no les sale el juego como a ellos y ellas les gustaría. Los 'mosqueteros' de la pista no se reprimen a la hora de estrellar sus raquetas contra el suelo -u otras superficies duras- para desahogar su frustración.
El último ha sido Kristof Vliegen, quien castigó a su raqueta por los errores que le costaron la derrota ante Ivan Ljubicic en el Abierto de Montecarlo. Como si la pobre caña hubiera tenido la culpa.
Tampoco se libra el español David Ferrer, quien encima ganó el partido. Fue en el último torneo de Miami ante Marin Cilic. El de Jávea destrozó su raqueta enfadado por haber perdido el primer set. Luego remontó y terminó ganando el partido.
La ira contra las raquetas es un mal que puede aquejar hasta a los más grandes, como Roger Federer. El suizo se descargó con la suya por perder un punto claro ante el serbio Novak Djokovic en las semifinales del pasado abierto de Miami.
¿Ira sincera o una burda imitación? Ninguno de ellos ha inventado esto de montar el 'show' en la pista, puesto que dos décadas antes ya lo hacía un "viejo rockero" como John McEnroe. Sus enfados fueron legendarios y, de vez en cuando, el norteamericano deleita a los amantes de lo original cuando tiene la ocasión, como en un partido de exhibición ante Bjon Borg hace unos meses.
Rechacen imitaciones.